La Situación en relación al Monte del Templo en Jerusalén, lo que debemos saber

3 de noviembre, 2014

El Monte del Templo en Jerusalén, donde se ubicaron  los dos Templos judíos, es el sitio más sagrado en el judaísmo. Llamado Haram al-Sharif (el Noble Santuario) por parte de los musulmanes, el lugar, hoy,   contiene  al Domo de la Roca así como la Mezquita de al-Aqsa, que es considerada el tercer sitio más sagrado en el Islam.

La Mezquita de al-Aqsa está ubicada al sur de la explanada del Monte del Templo, cubriendo una parte relativamente pequeña de su superficie. Más aún;  todas las evidencias ubican a los Templos judíos históricos en una parte diferente del Monte del Templo que la parte  que, en la actualidad, está ocupada por la mezquita.

Cuando Israel reunificó Jerusalén (1967), decidió autorizar al Waqf Islámico (entidad islámica que controla y dirige los edificios, incluyendo la Mezquita de al-Aqsa en Jerusalén), a continuar administrando el sitio. Israel eligió mantener, además,  el status- quo existente, de acuerdo al cual los no-musulmanes pueden visitar el Monte del Templo en horarios determinados, pero no están autorizados a llevar a cabo ningún tipo de rezo. Más aún, los no-musulmanes, que visitan el Monte del Templo, no pueden ingresar a la Mezquita de al-Aqsa, y tienen ciertas limitaciones para visitar otras partes del lugar, en especial  los grandes espacios abiertos.

Resulta muy importante destacar que, el Gobierno de Israel, se encuentra comprometido a mantener el status quo en el Monte del Templo, y se opondrá a cualquier propuesta para cambiarlo.

En los últimos meses, los radicales palestinos intentaron quebrantar el status quo, evitando que cristianos y judíos visitaran el Monte del Templo. Los amotinados palestinos – incitados por Hamas y la rama radical del Movimiento Islámico en Israel – atacaron a los visitantes, así como a la policía con piedras, bombas incendiarias y pirotecnia, utilizando la Mezquita de al-Aqsa como su base de operaciones. Las autoridades israelíes trataron de contener estos intentos, por parte de extremistas islamistas, de escalar la situación en el Monte del Templo.

Las ridículas acusaciones sobre  que, Israel,  planea causar algún daño a la Mezquita de al-Aqsa, no tienen ningún asidero. El hecho de que provengan no sólo de extremistas islamistas, sino también de la corriente principal del liderazgo palestino, resulta alarmante y peligrosa.

Son los mismos agitadores palestinos quienes están profanando la Mezquita de al-Aqsa, transformándola en base para ataques. Utilizan  el mobiliario de la mezquita como barricadas y lanzan pirotecnia, desde dentro de sus instalaciones, donde las alfombras y vigas de madera pueden prenderse fuego, con toda facilidad. Los agitadores demuestran su falta de respeto hacia muchos devotos musulmanes, quienes solo  desean rezar en paz, así como, también, hacia el Waqf Islámico que administra el lugar.

La Policía israelí, responsable del orden público en Jerusalén, toma recaudos especiales para no herir la sensibilidad de los devotos musulmanes en el Monte del Templo. Los oficiales sólo entran al área en casos específicos, cuando es necesario controlar los disturbios. Más aún, en el marco de su política, la Policía nunca ingresa a la mezquita. A pesar que, con frecuencia, se encuentran en situaciones riesgosas para sus vidas, los oficiales de policía, que operan en el Monte del Templo, están equipados con medidas no letales.

Se espera que, tanto los devotos musulmanes como los visitantes de otras religiones, respeten el status quo. La policía se encargará de aquellos que quebrantasen las reglas, sean musulmanes, judíos, o miembros de cualquier otra religión.

Israel otorga máximo valor a mantener la libertad de religión y culto. Los sitios sagrados judíos (como el Muro Occidental), se encuentran abiertos a visitantes de todas las religiones, así como  los sitios sagrados cristianos en Jerusalén.

A continuación, un link a un video clip que muestra a los agitadores palestinos que profanan y comprometen la Mezquita de al-Aqsa que, supuestamente, pretenden proteger:

https://www.youtube.com/watch?v=I5mcCA6UF9I

Fuente: Departamento de Información y Difusión

RTVE y el atentado en Jerusalen: sin criterios profesionales

por Masha Gabriel

23 de Octubre de 2014

El 22 de octubre de 2014, un ataque terrorista en Jerusalen causaba la muerte de un bebe de tres meses y heridas a otras siete personas.

RTVE publicaba una nota al respecto bajo el titular:

Choques entre palestinos y la policía israelí en Jersusalén tras morir un bebé en un atropello

Es decir que RTVE planteaba la noticia como si el atentado hubiera sido un accidente, y prefería centrarse en la confusión de los enfrentamientos posteriores, en lugar de focalizar la responsabilidad en el protagonista de la agresión. Se volvía a cumplir el habitual recurso mediático según el cual un palestino nunca es sujeto de la acción.

La información posterior, repetía los errores periodísticos de la agencia EFE, y en afán de eliminar cualquier empatía que la muerte del bebé de tres meses pudiera despetar, RTVE recurría a las contextualizaciones descontextualizadas. Así, en su edición informativa de la noche, la presentadora comentaba:

«El suceso ocurre días después de que una niña palestina muriera atropellada por un colono judío en Cisjordania y sucede cuando la tensión es máxima en Jerusalén porque grupos de colonos judíos se están instalando en edificios de los barrios árabes de la ciudad que hasta ahora pertenecían a los palestinos. Eso ha provocado disturbios diarios en Jerusalén entre los árabes y las fuerzas israelíes»

¿Intenta RTVE justificar el atentado?

1- Einas Khalil, la niña de 5 años atropellada por el colono la semana pasada, murió por un terrible accidente. La policía investigó lo sucedido e interrogó al culpable. Éste explicó que no se detuvo tras el atropello porque temió ser linchado por la multitud que había acudido al lugar de los hechos. Continuó hasta Ofra, la primera población judía, y llamó a la policía para entregarse y contar lo sucedido. La investigación determinó que se trató de un accidente.

2- Haya Zissel Braun, bebé de tres meses, murió víctima de un ataque terrorista palestino.

Respecto a los “grupos de colonos judíos se están instalando en edificios de los barrios árabes de la ciudad que hasta ahora pertenecían a los palestinos”,convendría recordar que esa noticia corresponde concretamente a las familias judías que se mudaron a Silwan, un barrio árabe de la ciudad, tras haber comprado 25 propiedades a los palestinos. Esto ha creado tal malestar entre los palestinos, que acusan a los judíos de “ocupar” esos espacios, que ha provocado enfrentamientos con la policía y ha hecho que el presidente palestino Mahmud Abbas haya promulgado la sentencia de “cadena perpetua a trabajos forzados” para todo aquél que venda terrenos, departamentos o casas a ciudadanos israelíes. ¿De verdad considera RTVE que la mudanza de familias judías a un barrio árabe justifica un atentado terrorista?

Pero sobre todo ¿de verdad los parámetros éticos y profesionales de RTVE, o de la agencia EFE, no son capaces de apreciar la diferencia entre un ataque y un accidente?

Teniendo en cuenta que ambas son agencias estatales, su mala praxis periodística, no debería ser vista como algo puramente anecdótico.

Mi Enfoque #526, Octubre 1, 2014, Por David Mandel

 Artículos en este número:

 

  • Dos discursos de Obama
  • El discurso de Mahmoud Abbas en las Naciones Unidas
  • El discurso de Benjamín Netanyahu en las Naciones Unidas
  • Obama el despistado
  • Honran a asesinos
  • «Shadenfreude»

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Dos discursos de Obama

Mi Enfoque #526, Octubre 1, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

Con un intervalo de 5 años y tres meses Obama ha dado dos importantes discursos acerca del Islam. El primero lo pronunció el 4 de junio del 2009, en la Universidad del Cairo, en Egipto. El segundo lo dio el 24 de setiembre del 2014 en las Naciones Unidas, en Nueva York.

En el primer discurso ofreció un nuevo comienzo de las relaciones entre los Estados Unidos y el mundo musulmán, basado «en interés mutuo y respeto mutuo». Mencionó lo mucho que la civilización debe al Islam, y dijo que Islam es parte de América. Mencionó que extremistas han matado a mucha gente en muchos países, actos, según Obama, incompatibles con el Islam. Aseguró que los Estados Unidos no están y nunca estarán en guerra con el Islam. Respecto a la democracia, que Estados Unidos no presume de saber lo que mejor conviene a cada nación, y que ningún Estado puede imponer su sistema de gobierno a otro Estado. Mencionó que los países occidentales no deben impedir que los musulmanes practiquen su religión en la forma que mejor les parezca, como por ejemplo no permitir a las mujeres velos o burkas. Terminó ofreciendo cooperación en educación, desarrollo económico, ciencia y tecnología.

En el segundo discurso habló principalmente acerca de la necesidad de combatir el extremismo violento. Denunció las acciones de Rusia en Ucrania. La mayor parte de sus palabras fueron acerca del «terrorismo que ha pervertido una de las más importantes religiones del mundo». Insistió que Estados Unidos no está y nunca estará en guerra con el Islam, y que el Islam enseña la paz, pero que fanáticos religiosos constituyen un peligro. Dijo que ya es tiempo para que las comunidades musulmanas en el mundo rechacen explícitamente la ideología de Al Qaeda y del Estado Islámico. Indicó que la violencia dentro del Islam es la causa de tanto sufrimiento humano.

La principal diferencia entre los dos discursos es en relación al conflicto israelí-palestino. En el primer discurso dedicó 1020 palabras de un total de 5802 palabras, el 17% de su discurso, al conflicto israelí-palestino, calificándolo como la segunda causa de tensión en el mundo (la primera causa, dijo, era la «confrontación con el extremismo violento en todas sus formas»).

En el segundo discurso, que constó de 4261 palabras, dedicó sólo 176 palabras al conflicto israelí-palestino, es decir el 4%. Dijo, contradiciendo todos los inútiles e ineficaces esfuerzos que su Secretario de Estado John Kerry realizó durante un año: «la situación en Irak, Siria y Libia debería curar a cualquiera de la ilusión de que este conflicto es la principal causa de los problemas de la región. Durante demasiado tiempo, este conflicto ha sido usado para distraer a la gente de los problemas de sus propias naciones».

 

Respecto a la amenaza nuclear de Irán contra Israel y la ambición iraní de hegemonía política en el Medio Oriente, un peligro mucho mayor para el mundo que lo que representa el Estado Islámico, Obama se limitó a expresar 78 palabras en el tono más amistoso posible, mucho menos de las 351 palabras que dedicó al problema de Irán en su discurso en El Cairo.

Cuando habló de organizaciones islámica terroristas mencionó a ISIS, al Qaeda y Boko Haram. No incluyó en esa lista a Hizballah o a Hamás, organizaciones islámicas terroristas que han matado a cientos de judíos israelíes y no israelíes

 

Obama demostró su prejuicio contra Israel al decir «demasiados israelíes están listos para abandonar la paz» sin mencionar los miles de cohetes disparados por los palestinos, el odio genocida de Hamás, y las encuestas en las cuales el 80% de los palestinos expresaron estar a favor de renovar los disparos contra centros poblados de Israel.

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El discurso de Mahmoud Abbas en las Naciones Unidas

Mi Enfoque #526, Octubre 1, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

El 26 de setiembre del 2014 Mahmoud Abbas, presidente de facto de la Autoridad Palestina, (fue elegido para un periodo presidencial que terminó el 9 de enero del 2009, hace casi 6 años, pero, sin elecciones, Abbas continúa ejerciendo el puesto), dio un discurso* en las Naciones Unidas, donde demostró, sin lugar a dudas, que no ha leído el clásico libro de Dale Carnegie, «Como ganar amigos e influir sobre las personas».

Abbas comenzó su discurso acusando a Israel de realizar una guerra de genocidio contra el pueblo palestino. Y de allí, hasta el final, todo fue cuesta abajo. El odio y los insultos caracterizaron las 3373 palabras de su discurso. Acusó a Israel de innumerables crímenes de guerra, de terrorismo racista, de actuar impunemente contra la ley internacional, de atentar contra la mezquita Al Aqsa, de causar con sus acciones el extremismo y terrorismo en el Medio Oriente, de convertir a Gaza en la «más grande prisión del mundo».

Por algún motivo olvidó mencionar los miles de cohetes disparados por Hamás contra ciudades israelíes y la construcción de túneles cuyo objetivo era masacrar civiles y secuestrar a los sobrevivientes.

El Departamento de Estado de los Estados Unidos calificó el discurso de Abbas de «ofensivo, desilusionante, provocativo, contra productivo y dañino a los esfuerzos de crear una atmósfera positiva y de mutua confianza entre las partes».

En Israel el rechazo al ofensivo e incendiario discurso de Abbas fue prácticamente unánime, desde la derecha hasta la izquierda, con la única excepción de la presidente del partido Meretz de ultra izquierda, Zahava Gal-On, que apoyó las palabras de Abbas.

Si la intención de Mahmoud Abbas fue demostrar a los israelíes y al mundo que no tiene la menor intención de hacer paz con Israel, su discurso logró su cometido con creces.

* http://lospuebloshablan.org/discurso-del-presidente-de-palestina-ante-la-asamblea-general-de-las-naciones-unidas/

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El discurso de Netanyahu en las Naciones Unidas

Mi Enfoque #526, Octubre 1, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

Tres días después del discurso de Mahmoud Abbas, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu dio un discurso* en la Asamblea General de las Naciones Unidas frente a un auditorio casi completamente vacío excepto por la presencia de un grupo de funcionarios israelíes y judíos americanos simpatizantes.

El discurso de Netanyahu duró 35 minutos y constó de 3,477 palabras. Su primera frase fue «Israel reza por la paz». Continuó mencionando el peligro del terrorismo islámico que, «al igual que el cáncer, comienza pequeño pero luego se puede metastisar». Dijo que no hay diferencias entre ISIS y Hamás, «ambos son ramas del mismo árbol venenoso», «ambos comparten un credo fanático». Comparó las palabras del «califa» Abu Bakr Al.Baghdadi con las de Khaled Meshaal, jefe del Hamás, y no encontró diferencia. Mencionó que la ambición del Islamismo terrorista de conquistar el mundo e imponer su fe es similar a la ambición nazi de conquista global.

Demostrando mucha mayor preocupación que la que tiene Obama, por la amenaza que representa la intención de Irán de producir bombas nucleares Netanyahu usó 802 palabras, 23% de su discurso, para este tema comparado a las 78 palabras utilizadas por Obama, 0.20% de su discurso (quinta parte del 1%).

Netanyahu mencionó que Israel lamenta la muerte de cada civil palestino, pero responsabilizó a Hamás que hizo todo lo posible no sólo para maximizar el número de víctimas israelíes sino también el de víctimas palestinas.

Denunció la obsesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas respecto a Israel. 50% de sus resoluciones fueron contra el Estado Judío, obsesión basada en un antisemitismo que es compartido por muchedumbres en ciudades europeas que piden enviar a los judíos a las cámaras de gas.

Posiblemente lo más importante que dijo es que muchos antes pensaban que el camino para la convivencia de Israel con el mundo árabe era mediante la paz entre Israel y los palestinos. Hoy las circunstancias han cambiado, y la situación es al revés. La convivencia pacífica y cooperación con los Estados árabes facilitará llegar a la paz con los palestinos.

Respecto a las calumnias de Mahmoud Abbas, no mencionó su nombre, pero dijo «un hombre que escribió su doctorado con mentiras acerca del Holocausto y exige una Palestina completamente limpia de judíos, judenrein, puede hablar desde este podio y sin la mínima vergüenza acusar a Israel de genocidio y limpieza étnica.»

El discurso fue, como todos los de Netanyahu, una demostración de su elocuencia y de su perfecto dominio del idioma inglés, pero políticos de partidos de la oposición criticaron que no aprovechó la oportunidad para presentar una propuesta israelí para resolver el conflicto Israel-palestinos.

* http://www.jpost.com/Arab-Israeli-Conflict/Full-text-of-Prime-Minister-Netanyahus-UN-speech-376626

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Obama el despistado

Mi Enfoque #526, Octubre 1, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

Desde que nací Estados Unidos ha tenido trece presidentes. El primero fue Franklin Delano Roosevelt. Luego, ocuparon el puesto Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush padre, Clinton, Bush hijo, y ahora Obama. Varios de ellos fueron excelentes, algunos buenos, otros mediocres, uno de ellos malo, y otro pésimo.

Obama es el presidente que merece el calificativo de pésimo. Nunca ha tenido Estados Unidos un presidente tan poco preparado para el puesto, tan despistado, tan ineficaz tanto en su política interior como exterior.

Su programa de seguro médico ha imposibilitado a millones de americanos a permanecer con el seguro que habían tenido durante años. El departamento de impuestos, Internal Revenue Service, utiliza su poder contra sus opositores. Ha aumentado la deuda interna de los Estados Unidos a niveles nunca antes alcanzados.

Es ineficaz y amable con los países enemigos, descortés e indiferente hacia los países amigos. El embajador americano en Libia fue asesinado y el gobierno de Obama culpó unicamente por la tragedia al productor de un video ridículo.

Defiende al Islam y rehúsa entender que la causa del terrorismo islámico es el Islam.

Hoy Estados Unidos recibe menos respeto, y tiene menos influencia militar y diplomática de lo que ha tenido en los últimos 70 años. En el Medio Oriente ningún país, aún aquellos que son aliados de los Estados Unidos, tiene confianza en Obama.

Su Secretario de Estado, John Kerry, es aún, si esto fuera posible, más despistado, más ineficaz, más ingenuo, más ignorante de la situación y mentalidad de amigos y opositores, que el mismo Obama.

Hace un par de semanas confesó que no tenía ninguna estrategia para oponerse a ISIS.

Los ayatolas de Irán y Vladimir Putin lo manipulan con la mayor facilidad.

El irresponsable retiro de las tropas americanas de Irán produjo un vacío que está siendo aprovechado por ISIS.

Lamentablemente para los Estados Unidos y para el mundo todavía le quedan a Obama dos años de (des) gobierno.

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Honran a asesinos

Mi Enfoque #526, Octubre 1, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

Dos terroristas de Hamás raptaron hace tres meses a tres adolescentes israelíes y los asesinaron a sangre fría. Khaled Mashal, jefe de Hamás, en una entrevista que dio a Yahoo reconoció que los asesinos eran miembros de Hamás.

Durante tres meses los asesinos lograron evadir a las fuerzas israelíes que los buscaban. Hace una semana fueron ubicados y matados en un intercambio de fuego.

La Autoridad Palestina ha calificado a los dos asesinos de shahids, (mártires), el más alto status en la religión islámica, a quienes Allah recompensa. Respecto a Israel, dijeron que la muerte de los dos terroristas «era un crimen horrible», «una ejecución cobarde», «un asesinato», «un crimen premeditado», «una matanza a sangre fría».

La delegación palestina a las conversaciones de cese de fuego en el Cairo declaró: «Estamos convencidos de que las fuerzas de ocupación mataron a los combatientes para que ellos no declaren la verdad sobre la desaparición de los tres colonos».

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«Shadenfreude»

Mi Enfoque #526, Octubre 1, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

El idioma alemán tiene impresionantes palabras que no se encuentran en otros idiomas. Una, por ejemplo, es judenfrei, que literalmente se traduce como «libre de judíos». La palabra fue inventada por los nazis para designar un área territorial «limpio» de judíos. Otra palabra alemana, adoptada por otros idiomas, es shadenfreude, literalmente «daño-alegría», que significa el placer que uno siente por las desventuras de otros.

Los nazis fueron derrotados hace siete décadas, pero hay un régimen que ha adaptado la política de judenfrei. Me refiero a la Autoridad Palestina, cuyo presidente, Mahmoud Abbas, ha declarado, en más de una ocasión, que, tan pronto se declare el Estado Palestino, no permitirá en su territorio la presencia de un solo israelí.

Es paradójico que una reciente aplicación de la política judenrein en Ramallah me dio motivo para sentir shadenfreude. Una mujer judía fue expulsada de una conferencia que se llevaba a cabo en la Universidad Birzeit en Ramallah. Leí la noticia con una gran sonrisa y, como dicen en inglés, «it made my day».

Debo explicar esto con más detalle para no dar la impresión de que he adoptado los prejuicios de Mahmoud Abbas. La mujer a la que se refiere la noticia es Amira Hass, una periodista de extrema izquierda que trabaja para el periódico Haaretz. Esta señora, judía de origen, de nacionalidad israelí, reside en Ramallah. En sus artículos manifiesta no conocer un solo israelí bueno ni un solo palestino malo. Justifica el terror contra Israel. Cuando no encuentra alguna noticia perjudicial para Israel o que puede ser tergiversada, la inventa, por lo cual ha sido enjuiciada por calumnias y mentiras.

Amira Hass relata su caso en un artículo publicado hace unos días en el Haaretz*. Fue invitada por la Fundación alemana Rosa Luxemburg, una institución de izquierda, para atender una conferencia en la Universidad Birzeit, titulada «Perspectivas críticas de alternativas al desarrollo neo liberal en los Territorios Palestinos Ocupados».

Estaba ella ya sentada, muy cómoda, esperando disfrutar de las acusaciones e insultos contra Israel que expresarían los conferenciantes, cuando, para su sorpresa, se le acercaron dos organizadores y le pidieron que abandone el salón de conferencias. Resulta que la Universidad tiene un reglamento que prohíbe a israelíes (sólo a israelíes judíos, no a israelíes árabes) pisar el suelo de la Universidad. Uno de los organizadores le dijo que era para su propia protección.

En su artículo la Sra. Hass escribe que es una injusticia que los palestinos la traten a ella, izquierdista y anti-sionista, igual como tratan a otros judíos. Ella es «judía buena». No es como los «judíos colonialistas, que les niegan sus derechos y les han robado sus tierras».

Por suerte Amira menciona que el verdulero que le vende frutas y verduras en Ramallah le pidió disculpas «en nombre de la nación palestina».

No hay peor ciego, no hay peor sordo, que una persona de extrema izquierda. La Sra. Hass nunca comprenderá que para los palestinos, (al igual que lo fue para los nazis), no existe un judío bueno. No hay diferencia entre sionista y pro palestino. Si es judío, es judío, y no hay lugar para él o ella en la Universidad Birzeit, o, para decirlo con toda franqueza, en todo el Medio Oriente.

* http://www.haaretz.com/news/features/.premium-1.618007

¿Por qué el antisemitismo ha resurgido con tanta virulencia?

Por Carmen Vila Embid
Está bien. Cameron habla del ISIS como terrorismo islámico. Obama, más cauto y precavido en sus «convicciones» siempre expresa públicamente que el ISIS es un entramado de grupos terroristas, pero no islámicos.

Estupendo. Y una pregunta a raíz de estas dos declaraciones de altos mandatarios sajones: ¿era Hamas un grupo terrorista islamista cuando a lo largo de 50 larguísimos días y noches en este eterno verano torpedeó los cielos de Israel cuajándolos de misiles contra su población civil?…..¡Ah ,no!

Hamas no era un grupo terrorista islámico. Era un conjunto de aficionados a la pirotecnia contra los judíos. Y eso, cómo no, nunca es «desproporcionado» en la escena internacional. Faltaría más

¿Qué harían ustedes si su vecino de enfrente cava un túnel desde su casa hasta la habitación de sus hijos con el objetivo de volar su hogar por los aires o secuestrar a su familia? ¿Es tan difícil entender la posición israelí?

Luego de comenzado el conflicto se supo que por los cuarenta túneles descubiertos (probablemente hay otros) los comandos suicidas de Hamás iban a desatar una carnicería atroz el 24 de septiembre, fecha en que los judíos celebrarán su año nuevo (Rosh Hashaná).

«Hamás, Hamás, judíos a la cámara de gas»

Esa fue el entreacto y la consigna en varias ciudades de Europa. Todo se ha visto y oído durante el enfrentamiento…Y la intensidad del antiisraelismo mostrado por el grueso de los medios de comunicación en Occidente, por las reacciones de algunos gobiernos europeos y latinoamericanos –Brasil entre ellos–

YouTube salpicada de sangre en estos días. Con las crueles decapitaciones de los periodistas Steven Sotloff y James Foley y del cooperante británico David Haines, presumiblemente a manos de educados árabes de cultura y formación ingleses

Recibi de mi familia de Italia un recorte del diario italiano Il Corriere della Sera , donde traía un emotivo un emotivo reportaje en el que se recogían testimonios de iraquíes amenazados que han salvado la vida gracias a la intervención de musulmanes que rechazan el totalitarismo yihadista y la barbarie de sus procedimientos. , a esos héroes se les llaman, de manera bien gráfica, «los Schindler musulmanes”….

Todos no son igual…pasa lo mismo con Israel

El fantástico Enfoque de David Mandel, desde Israel

#524, Setiembre 18, 2014

Artículos en este número:

 

  • La carta de los 43 reservistas
  • ¡Esto no es Islam!
  • Una opera en Nueva York
  • Israel reconoce a los «arameos»
  • La Corte Suprema decidió que los ultra-ortodoxos no necesitan estudios básicos
  • El ambiguo rol de Turquía
  • Proselitismo extremo
  • Mi reciente novela Memorias de Nicolás

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La carta de los 43 reservistas

Mi Enfoque #524, Setiembre 18, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

La unidad 8200 (Inteligencia Militar) es una unidad elite del Ejército de Defensa de Israel. Cumple una función vital que ha salvado centenares de vidas, contribuido al arresto de decenas de terroristas y evitado numerosos suicidios bombas. Los soldados que sirven en esa unidad, por su capacidad intelectual y por su entrenamiento tecnológico, reciben los puestos mejor pagados en la industria de alta tecnología al terminar su servicio y reintegrarse a la vida civil.

Hace unos días los medios de comunicación publicaron una carta firmada por 43 reservistas de la unidad 8200 en la cual los firmantes informaban que rehusaban continuar sirviendo en su unidad ya que «la información que reunimos perjudica a gente inocente y es usada como arma de persecución política con la intención de controlar otra nación.»

Luego se supo que la mayoría de los firmantes hacia tiempo que habían dejado de ser reservistas y muchos de ellos habían emigrado a Estados Unidos y a Europa. El hecho de que enviaron la carta a los medios de comunicación antes de enviarla al ejército demostró claramente la intención política de su acto.

La táctica de la ultra-izquierda anti-sionista en Israel es utilizar el hecho de que algunas personas que comparten su ideología han servido en el ejército israelí, para dar la falsa impresión de un descontento general, promover la insubordinación en el ejército y contribuir en esa forma a la destrucción del Estado. No es la primera vez que la ultra izquierda utiliza esta táctica y probablemente tampoco sea la última. En setiembre del 2003 un grupo de 27 pilotos de la reserva enviaron una carta en la cual manifestaban su oposición a cumplir misiones de liquidación de terroristas que podían poner en peligro civiles en Gaza. En el año 2004 una organización llamada «Rompiendo el silencio», financiada por gobiernos extranjeros, hizo denuncias de abusos y malos tratos a palestinos. En todos estos casos los denunciantes permanecieron anónimos y no dieron evidencia concreta.

La carta de los 43 fue contestada de inmediato por 200 soldados y oficiales de la misma unidad que negaron indignados las acusaciones. Políticos de izquierda y derecha manifestaron unanimente su disgusto y condenaron las expresiones de la carta.

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«¡Esto no es Islam!»

Mi Enfoque #524, Setiembre 18, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

El escritor Salman Rushdie publicó en 1988 un libro llamado Los versos satánicos. La reacción de los musulmanes en el mundo fue acusar a Rushdie de blasfemia y ateismo, actos que la ley del Corán, Shaaría, castiga con la pena de muerte. El supremo dirigente de Irán, el ayatolá [título de clérigo en la jerarquía shiita que equivale aproximadamente a Cardenal en la religión católica] Ruhollah Khomeini emitió un fatwa (declaración religiosa) ordenando a los musulmanes que maten a Rushdie. En 1998 el gobierno iraní declaró que ya no apoyaba la muerte de Rushdie. Rushdie no fue asesinado, pero muchos otros si fueron asesinados debido al libro o fueron víctimas de intentos de asesinato.

Pero, como diría Obama, «¡Esto no es Islam!»

 

El 11 de setiembre del 2001 terroristas miembros de la organización islámica Al-Qaeda secuestraron cuatro aviones, y destruyeron con ataques suicidas a las Torres Gemelas de Nueva York y parte del Pentágono en Washington. Mataron a 3,000 personas y causaron más de 10 mil millones de dólares en daños a la propiedad.

Pero, como diría Obama, «¡Esto no es Islam!»

 

En el mes de setiembre del 2005 el periódico danés Jyllands-Posten publicó doce caricaturas de Mahoma, con la intención de contribuir al debate sobre la crítica al Islam y la auto-censura. Esto causó la muerte de más de 200 personas asesinadas por turbas fanáticas en otros países, ataques a iglesias y a cristianos y un boicot de Dinamarca.

Pero, como diría Obama, «¡Esto no es Islam!»

 

En marzo del 2004 islámicos fanáticos pusieron una bomba en el tren cerca de la estación Atocha de Madrid, matando a 191 personas e hiriendo a 1,800. En el mes de julio del 2005 cuatro islámicos británicos detonaron bombas en el tren subterráneo de Londres y en un ómnibus. Murieron 52 civiles y 700 fueron heridos. En mayo del 2013 un soldado fue atacado y asesinado a cuchillazos por dos islámicos en las calles de Londres, a plena luz del día.

Pero, como diría Obama, «¡Esto no es Islam!»

 

Durante los últimos meses la organización islámica ISIS ha degollado a dos americanos y a un inglés, aparte de matar a cientos de cristianos en Siria y en Irak.

Pero, como dice Obama, «¡Esto no es Islam!»

Obama, Kerry, David Cameron, Francois Hollande, todos ellos dicen «no es el Islam», pero, que yo sepa, ninguno de ellos es musulmán ni ha estudiado el Corán. Por otro lado, los fanáticos creyentes de ISIS conocen de memoria el Corán y pueden citar cualquier verso para justificar sus acciones.

¿A quien debemos creer? ¿A Obama cuando dice «esto no es Islam» o a ISIS cuando declara «Nosotros somos el Islam?

 

La gran mayoría de los musulmanes en el mundo no son miembros de al-Qaeda o de ISIS pero, de acuerdo a encuestas, muchos de ellos en Europa, (y, por supuesto, también en el Medio Oriente), simpatizan con ISIS, tal vez no con sus métodos pero si con su intención de islamizar el mundo.

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Una ópera en Nueva York

Mi Enfoque #524, Setiembre 18, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

El 7 de octubre del año 1985 terroristas árabes del Frente de Liberación Palestina abordaron el barco Aquiles Lauro. Entre los pasajeros se encontraba un judío americano inválido, León Klinghoffer, de 69 años de edad, que realizaba el viaje para celebrar el aniversario de su matrimonio. Los terroristas lo asesinaron disparándole a quemarropa un balazo a la cabeza mientras estaba sentado en su silla de ruedas. Luego, tiraron el cuerpo y la silla al mar.

En el año 1991 Alice Goodman escribió el libreto de una opera basada en el asesinato de Klinghoffer. Hija de padres judíos, se convirtió al cristianismo en el año 2006 y hoy desempeña el puesto de capellán en la Universidad de Cambridge. La música fue compuesta por John Adams, un conocido compositor americano. Según el compositor la intención de la opera es humanizar a los terroristas, y demostrar que «nadie tuvo la culpa de la tragedia».

El problema comienza con el nombre de la opera. «La muerte de Klinghoffer». No fue una muerte, fue un asesinato deliberado a sangre fría. Muchas líneas en el texto son antisemitas. Por ejemplo, uno de los terroristas le canta a Klinghoffer: «dondequiera que se reúnen gente pobre encontrarán judíos engordando». Otra línea acerca de los judíos dice: «Saben como engañar a los simples, explotar a la vírgenes, difamar a los que han engañado y violar su propia ley con idolatría». Sin embargo, Goodman, Adams, y críticos de muchos periódicos niegan que la opera sea antisemita.

La opera comienza con el «Coro de los exilados palestinos», donde se ve a los judíos llegar y destruir las casas de los palestinos, mientras el coro canta «Israel ha destruido todo», «Israel ha destruido todo».

En la opera no hay mención de la conexión de los judíos con su patria ancestral. El terrorismo es justificado Los palestinos son presentados como víctimas inocentes, despojados de sus tierras por judíos brutales.

La opera será presentada ocho veces por el Metropolitan Opera de Nueva York, a partir del 20 de octubre de este año hasta noviembre. Simultáneamente, transmitirían la opera por televisión a otros teatros en Estados Unidos en el mundo.

Debido a protestas de organizaciones judías la directiva del Metropolitan Opera optó por una decisión salomónica: presentarán la opera las ocho veces, pero cancelarían la transmisión de la opera a otros teatros, «por el antisemitismo que hoy prevalece en Europa.». Esta decisión causó grandes protestas de los simpatizantes palestinos contra lo que llamaron «censura del arte».

Los directivos reconocieron que la opera podría contribuir al antisemitismo en Europa, pero no explicaron porque no creen que tendría el mismo efecto en Nueva York, donde viven millones de judíos.

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Israel reconoce a los «arameos»

Mi Enfoque #524, Setiembre 18, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

Israel es un país multi-cultural donde viven personas de distinto origen étnico. El Ministerio del Interior reconoce a los judíos, a los árabes, a los drusos y a los circasianos. Hace unos días el Ministerio del Interior añadió una nueva nacionalidad al registro de la población de Israel: los arameos, ya que cumplían con los requisitos: herencia histórica, religión, cultura, origen y lenguaje común.

Cerca de 200 familias cristianas en Israel pidieron ser registrados como «arameos» y no árabes. Los arameos son una antigua población que practica la religión cristiana desde la época del apóstol Pablo. Fueron conquistados por los árabes en el siglo 7 EC, pero se negaron a convertirse al Islam, y vivieron durante siglos como dhimmies, ciudadanos de segunda categoría. Su registro como arameos les permitirá tener sus colegios propios donde los niños podrán aprender el idioma arameo y la historia cristiana. También, debido a la ley de protección de minorías, les permitirá ocupar muchos mas puestos de trabajo en oficinas gubernamentales y compañías privadas.

Los parlamentarios árabes de la Knesset protestaron diciendo que el objetivo era dividir y debilitar la población árabe israelí. Según Ahmed Tibi, «los cristianos son parte integral de la minoría nacional árabe en Israel». El gobierno contestó que no fuerza a ningún no-judío a registrarse en un grupo específico. Es una decisión voluntaria que cada persona toma según sus convicciones.

La población cristiana de Israel cuenta con 130,000 personas, y es difícil determinar cuantos de ellos cambiarían su registro.

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La Corte Suprema decidió que los ultra-ortodoxos no necesitan estudios básicos

Mi Enfoque #524, Setiembre 18, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

Israel no tiene un programa oficial de estudios, pero si una lista de cursos básicos. Escuelas y colegios de distintas comunidades tienen diferentes programas, pero deben incluir los cursos básicos, tales como inglés y matemáticas.

La Corte Suprema, 7 contra 2, acaba de aprobar la constitucionalidad de una ley que permite a colegios ultra-ortodoxos no enseñar cursos básicos si están dispuestos a recibir sólo un 60% de los fondos gubernamentales en vez del 100% que reciben los otros colegios.

Debido al aumento demográfico de la población ultra ortodoxa, si los niños están exentos de estudiar los cursos básicos no podrán seguir estudios universitarios, e Israel gradualmente irá perdiendo la ventaja tecnológica que hoy disfruta.

Es un grave error de la comunidad ultra-ortodoxa que no permitan a sus niños estudiar los cursos básicos. Condenan al individuo a vivir en pobreza y a la sociedad a vivir en el atraso.

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El ambiguo rol de Turquía

Mi Enfoque #524, Setiembre 18, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

Turquía es miembro de la NATO, alianza de países que han declarado guerra al fanático Estado Islámico (EI). Pero, a la vez Turquía permitió a todos los que querían unirse al EI pasar por su territorio para ingresar a Siria o a Irak. Cientos, tal vez miles, de turcos están peleando en las filas del EI.

El actual presidente de Turquía, Recep Tayip Erdogan, no tiene hoy rival (ni siquiera en Irán), en lo que se refiere a insultar a Israel. En la reciente guerra comparó a Israel con los nazis, diciendo que los israelíes habían sobrepasado a Hitler y que deliberadamente mataban madres palestinas.

Acusó a Israel de realizar un genocidio en Gaza, lo cual es irónico ya que la palabra «genocidio» fue inventada para describir la matanza turca de más de un millón y medio de armenios durante la Primera Guerra Mundial.

Turquía provee apoyo diplomático y financiero a Hamás, organización considerada terrorista por los Estados Unidos. Últimamente ha amenazado con enviar otra flotilla a Gaza, para romper el bloqueo israelí-egipcio, protegida por barcos de guerra turcos.

Durante la guerra exigió a la población judía de Turquía que públicamente condene a Israel.

Su odio no es de ahora. Hasta hace algunos años Israel y Turquía compartían información secreta, hasta que Erdogan decidió dar a Irán los nombres de 10 agentes de Israel, que luego los iraníes ejecutaron. Si no tuvo reparos en hacerlo, tal vez tampoco tenga reparos en informar los planes de NATO al Estado Islámico.

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Proselitismo extremo

Mi Enfoque #524, Setiembre 18, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

 

Todo fiel creyente está convencido de que su religión es la verdadera y la única poseedora de la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad. En muchas religiones se considera meritorio hacer que otras personas conozcan esa verdad, la acepten y vivan su vida de acuerdo a ella. El acto de tratar de convertir a otras personas a la religión que uno tiene se llama proselitismo. Hay religiones que buscan prosélitos activamente, y hay otras que los rechazan.

Entre las religiones más proselitistas están los Testigos de Jehová, los mormones, los budistas, la secta Haré Krishna y otros. La religión católica y las protestantes envían misioneros a países lejanos para tratar de convertir a la gente. En el extremo opuesto está la religión de los drusos que prohíbe la adición de nuevos miembros, y la de los Sikhs, que tampoco acepta prosélitos.

La religión judía no busca prosélitos pero tampoco los rechaza. Si una persona desea convertirse al judaísmo le es necesario estudiar los principios de dicha religión y pasar un examen de sus conocimientos y de sus convicciones.

A diferencia de algunas otras religiones exclusivistas que predican que sólo sus creyentes pueden llegar al Reino de los Cielos, la religión judía dice que cualquier persona, no importa cual sea su religión, tiene asegurado el Reino de los Cielos si cumple con las llamadas Siete Leyes de Noé: no es idólatra, no asesina, no roba, no practica la inmoralidad sexual, no blasfema, no come carne cortada de un animal vivo, y cumple con la obligación de establecer cortes de leyes.

El Islam desde sus inicios fue proselitista. Nació como una religión cuya razón de ser es convertir el mundo a la religión revelada por el profeta Mahoma. En pocas décadas, después de la muerte de Mahoma, sus seguidores lograron convertir al Islam, con el argumento de la espada, a poblaciones de extensos territorios, desde el norte de África hasta la India. Hoy, fanáticos musulmanes nuevamente manifiestan su afán proselitista, usando el mismo método que usó Mahoma para convencer a otros de la verdad de su mensaje: la espada.

La organización islámica terrorista llamada Estado Islámico está crucificando y degollando en Siria y en Irak a personas de otras religiones que se niegan a convertirse, o cuya conversión no es considerada sincera. Su objetivo final es la conversión del mundo entero al Islam.

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Un periodismo muy humano, pero poco periodístico – Por Revista Medio Oriente

Un periodismo muy humano, pero poco periodístico

El siguiente trabajo es una aproximación al material informativo elaborado desde Gaza por algunos de los principales medios españoles durante el inicio de la operación militar israelí “Margen Protector” y el repliegue de las tropas (02 de agosto de 2014 – 08 de julio de 2014).
 
No hemos incluído en este trabajo a medios con una linea editorial marcadamente partidista, sino que hemos centrado el trabajo en aquellos cuya finalidad declarada es la de aportar una información objetiva y profesional.
 
No hemos incluído el análisis de los titulares ya que, por lo general, responden a una valoración subjetiva que merece un estudio aparte.
 
Tampoco hemos incluído la información elaborada para los mismos medios por otros periodistas en Israel, puesto que el objetivo es exclusivamente el material elaborado desde Gaza.
 
Limitándonos al período arriba citado, hemos estudiado la información elaborada desde la Franja por medios con corresponsal o enviado propios: Radio Televisión Española (corresponsal Yolanda Álvarez), la agencia EFE (Javier Martín, jefe de la oficina en Jerusalén), el diario El País (corresponsal Juan Gómez), el diario El Mundo(la periodista freelance Isabel Pérez) y el diario ABC (Mikel Ayestarán).
 
La observación de estos cinco medios ha evidenciado algunos patrones comunes:
– Los medios han optado, a través de sus enviados a la zona, por un periodismo centrado en reflejar el drama humano de los gazatíes
 
– Los medios aceptaron las fuentes palestinas como verdades absolutas, relegando las versiones israelíes a una cuestión opinativa
 
– Las fuentes palestinas no fueron discriminadas en función de su rigor
 
– A pesar de tener constancia de otras historias en la Franja que apuntaban a distintos caminos, los medios no sintieron la curiosidad de ampliarlas
 
– Toda información que no ratificara la línea preestablecida era automáticamente ignorada, al igual que cualquier dato o informe que pudiera aportar cualquier duda sobre las fuentes
El estudio apunta un más que preocupante manejo de las fuentes informativas, tanto por la falta de búsqueda de rigor, como por la carencia de contrastes. La tendencia a evitar salirse de una línea determinada, impidió a los medios ahondar más allá de una primera capa informativa, limitándose al elemento humano y a la búsqueda de la emoción.
 
En términos generales, y con alguna variación en el estilo autoral, todas las crónicas resultaron monocordes, idénticas las unas a las otras, contando las mismas historias y aportando los mismos datos y conclusiones. El resultado ha sido una linea periodística muy humana y sensible, pero poco profesional.
 
APARTADOS DEL ESTUDIO:
1 – COHETES INVISIBLES, COMBATIENTES FANTASMA Los corresponsales estaban en el terreno desde el que se lanzaban cohetes contra Israel, ¿qué relevancia tuvieron en la narración?
2 – DATOS POR UN LADO, VERSIÓN ISRAELÍ POR OTRO Los medios aceptaron las fuentes palestinas como verdades absolutas, relegando las versiones israelíes a una cuestión opinativa.
3 – FUENTES SIN FILTRO Las fuentes palestinas no fueron discriminadas en función de su rigor
4 – ESTILO Y JUICIOS DE VALOR Las opiniones y/o simpatías de los periodistas en Gaza se infiltraron en los textos periodísticos publicados.
5 – HISTORIAS QUE NO FUERON CONTADAS A pesar de tener constancia de otras historias en la Franja que apuntaban a distintos caminos, los medios no sintieron la curiosidad de ampliarlas
6 – PERFIL PROFESIONAL, PERFIL PÚBLICO Algunos corresponsales no ocultaron en las redes sociales sus simpatías en el conflicto
7 – PERIODISTAS INTERNACIONALES Otros medios internacionales mostraron un marco distinto de la realidad
 
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INTRODUCCIÓN

El 8 de julio las Fuerzas de Defensa de Israel lanzaron una operación militar en la Franja de Gaza que recibió en español el nombre “Margen Protector”. La escalada bélica en la zona había comenzado meses atrás con una campaña de lanzamiento de cohetes contra territorio de Israel por parte de grupos palestinos, que se intensificó en el mes de junio. El 17 de julio el ejército israelí comenzó la fase terrestre de la operación con la entrada de su tropas en la Franja de Gaza territorio del que Israel se había retirado en 2005. El 2 de agosto, día en el que empezó el repliegue del ejército israelí, un portavoz de las fuerzas armadas israelíes anunció que los cohetes y proyectiles de morteros lanzados por grupos palestinos desde la Franja de Gaza desde el inicio de la operación militar habían superado el umbral de los 3.000. En las más de tres semanas de “Margen Protector” fallecieron 64 militares israelíes y tres civiles. Por su parte, tanto la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios como las Fuerzas de Defensa Israelí colocaban la cifra de palestinos fallecidos por encima de 1.700, manejando cada una datos diferente sobre el número de miembros de organizaciones armadas palestinas sobre el total.

 
1 – COHETES INVISIBLES, COMBATIENTES FANTASMA

a) Cohetes

El lanzamiento de cohetes por parte de grupos armados palestinos desde la Franja de Gaza fue, según explicó el gobierno de Israel, la razón para lanzar la operación militar.Las cifras proporcionadas por el portavoz de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) al término de la fase terrestre de la Operación “Margen Protector” hablaban de más de 3.360 cohetes y proyectiles de mortero disparados contra territorio israelí. La cantidad diaria de disparos descendió a partir del comienzo de la operación, pero en algunos días se superaron los cien disparos.

Por las grabaciones mostradas por las Fuerzas de Defensa Israelíes en este conflicto y por las grabaciones de los propios grupos armados palestinos (como esta de la Brigada de los Mártires de Al Aqsa) se constata que se realizan lanzamientos desde zonas urbanas de la Franja de Gaza.

En la siguiente foto de Thomas Coex (AFP) se aprecia la enorme estela dejada por tres cohetes disparados desde la ciudad de Gaza en dirección norte hacia Israel:
 

Así, el lanzamiento de cohetes por parte de los grupos armados palestinos debería ser objeto de interés periodístico por ser:

1- La razón que da origen a la intervención militar israelí

2- Una realidad bien visible y notoria para cualquier persona en Gaza, incluídos los periodistas ahí destacados

¿Cómo reflejaron esta realidad los medios españoles?

EL MUNDO (Isabel Pérez):

Isabel Pérez mencionó los cohetes en 2 de sus 11 crónicas (las dos primeras).

Arrancaba su primer artículo para el diario El Mundo el día 10 de julio con la siguiente frase:
“En el cielo se ven las estelas de los cohetes de las facciones armadas palestinas. El ruido de la propulsión es como un dilatado trueno.”
A continuación la periodista nombraba a los grupos armados palestinos y su armamento:
“Desde el lunes, las brigadas al-Qassam, brazo militar de Hamas, y las brigadas al-Qods, brazo militar de la Yihad Islámica en Palestina, lanzan ráfagas de cohetes de largo alcance ‘M-302’, ‘Grad’, ‘Fajr’ (rebautizado ‘Buraq-70’) hacia Israel, llegando algunos de ellos hasta Tel Aviv, Haifa o Jerusalén.”
Tras esta primera crónica, el diario El Mundo publicaba otros diez artículos de Isabel Pérez. En su crónica del 23 de julio en medio de una entrevista a una mujer palestina, la corresponsal interrumpe la narración:
“De repente, se escucha el estruendo de un cohete.”

Esa mención es la segunda y única a los cohetes disparados desde la Franja de Gaza en un total de once crónicas publicadas por El Mundo.

– AGENCIA EFE (Javier Martín)

Javier Martín menciona los cohetes lanzados desde la Franja de Gaza en 14 de las 27 crónicas para la agencia EFE.

Cuando los cohetes aparecen como sujeto de una acción, las referencias suelen figurar en el antepenúltimo o el cuarto párrafo empezado por el final.

“Milicias controladas por Hamás que anoche prosiguieron con el lanzamiento de cohetes a Israel, escondidos en zonas pobladas de una depauperada Franja de apenas 360 kilómetros cuadrados y 1,8 millones de habitantes.”

Cuando la referencia figura al principio del artículo, es de manera indirecta, para mencionar los cohetes como un objeto de la acción israelí. Por ejemplo, en una crónica del día 21 de julio, el periodista escribe:

“Israel ha anunciado la destrucción de decenas de lanzaderas de cohetes”.

ABC (Mikel Ayestarán)

Mikel Ayestarán menciona los cohetes en 14 de sus 29 crónicas.

Aparecen en sus tres primeros artículos para quedar, con el paso de los días, convertidos en un asunto mencionado de forma indirecta. Por ejemplo, cuando escribe el día 22 de julio sobre:

“las milicias palestinas a las que [Israel] acusa de haber lanzado un centenar de cohetes desde la zona”

Cuando es un asunto que trata de forma directa, son transfondo de la vida diaria de los gazatíes como en la crónica del día 23 de julio:

“[…] afirma este veterano comerciante entre los cercanos bombardeos no muy lejanos y la salida de cuatro de cohetes”

Sin embargo, aunque en sus crónicas no pasaban de aparecer como algo anecdótico, el lanzamiento de cohetes y sus estelas en el cielo sí llamaron su atención y fueron objeto de varios de sus tuits. Por ejemplo, Mikel Ayestarán destacaba en su perfil de Twitter cómo un lugar cercano al hotel se había convertido en punto de lanzamiento“siempre” y “cada día” de cohetes hacia Israel.

“Salida de cohetes a #Israel desde el mismo lugar de todos los días #Gaza”

EL PAÍS (Juan Gómez)

Juan Gómez menciona el lanzamiento de cohetes por parte de los grupos palestinos en 21 de sus 31 crónicas.

De hecho, el enviado para el diario El País arrancaba en su primera crónica desde la Franja de Gaza el día 10 de julio con un extenso artículo acerca de los cohetes palestinos y sus características.

En su caso, el lanzamiento de cohetes siguió siendo mencionado a lo largo de sus artículos. Algunos lanzamientos fueron referidos de modo directo:

«Pasadas las dos de la tarde, milicianos de las distintas facciones armadas dispararon al menos media docena de cohetes y proyectiles de mortero contra territorio israelí.»

Otros lanzamientos fueron referidos de modo indirecto:

«Israel denunció este lunes que las milicias habían disparado cohetes desde el hospital Wafa, alcanzado hace días tras ser evacuado»

RTVE (Yolanda Álvarez):

Yolanda Álvarez menciona los cohetes lanzados por los grupos palestinos en 12 de las 36 crónicas emitidas por los Telediarios de RTVE hasta su salida de la Franja de Gaza. En esas doce ocasiones tuvo oportunidad de mostrar imágenes de las estelas dejadas por los cohetes al ser lanzados, ser testigo de lanzamientos cerca de donde trabajaba y constatar que son disparados desde cerca de un hospital.

 
b) La batalla urbana

En las áreas edificadas más cerca de los límites de la Franja de Gaza, grupos armados y soldados israelíes combatieron en una batalla urbana. Si en los 22 días de la operación “Plomo Fundido”, lanzada en diciembre de 2008, fallecieron diez militares israelíes, en “Margen Protector” las bajas israelíes se multiplicaron por seis con 64 militares fallecidos. El parte de bajas oficial israelí habla de militares fallecidos en enfrentamientos con fuerzas palestinas víctimas, entre otros, de francotiradores, morteros, misiles antitanque y artefactos explosivos. Las causas son consistentes con los materiales mostrados por los grupos armados palestinos en sus vídeos de propaganda publicados en Internet, que reflejan un rearme con armas iraníes más sofisticadas que las empleadas en los combates de “Plomo Fundido”. Hablamos de combate en un territorio donde existen varios grupos con brazos armados o grupos armados: Hamás, Yihad Islámica, Comités de Resistencia Popular, Brigada de Mártires de Al Aqsa, etc.

Destaquemos que los combates en tierra se iniciaron días después del comienzo de la fase terrestre, y por ello se puede entender que las menciones sean menores.

EFE

En la información elaborada por EFE se habla puntualmente de la “línea del frente” y de los “frentes de batalla” en abstracto pero nunca se aporta ningún testimonio directo al respecto, sino que se ofrecen datos e informaciones de fuentes israelíes externas a la Franja. Por ejemplo, el 16 de julio:

Israel afirma que Beit Lahia y Zaitun son bastiones de los grupos Hamás y Yihad Islámica, y que cerca de un 30 % de los cohetes lanzados han salido de sus calles, de entre sus descampados, huertos y casas.

Los combates sólo se intuyen en primera persona la crónica del día 20 de julio se mencionan:

“dispersos tableteos de metralleta que anuncian combates cuerpo a cuerpo”.

De hecho, en el total de todas las crónicas de EFE, tan sólo encontramos a un miembro de un grupo palestino armado. Éste figura en el penúltimo párrafo de un total de diecinueve de la crónica del día 20 de julio:

“Alguien grita: «Hay milicianos», y de entre uno de los edificios derribados por las bombas israelíes, emerge un hombre en uniforme militar que cubre su rostro con una «kufiya» palestina y esconde un fusil de asalto bajo su casaca.”

EL MUNDO:

Isabel Pérez hace una descripción de la destrucción sufrida por los barrios donde más intensos fueron los combates, como Beit Lahiya y Shahaiya, junto con una especial atención al sufrimiento de los civiles. Pero sólo en una de las doce crónicas durante la operación “Margen Protector” del diario El Mundo encontramos referencia explícita a enfrentamientos armados entre fuerzas israelíes y fuerzas palestinas, tal como cuenta la crónica del día 19 de julio:

“Beit Hanun está siendo uno de los escenarios de enfrentamientos más fuertes entre las tropas israelíes y los brazos militares de las facciones palestinas.”

De hecho, la única mención a la aparición de un grupo armado palestino en las crónicas publicadas por El Mundo es la presencia de miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina en un hospital para repartir comida:

“En el hospital Shifa, donde cada vez son más los palestinos refugiados, los jóvenes del Frente Popular para la Liberación de Palestina repartían bolsas con comida, agua y fruta antes de la llegada de la hora de romper el ayuno de Ramadán, a las 19:30h.”

ABC

En el ABC se hace mención 6 veces a grupos armados y combates en un total de 29 crónicas. Por lo general, estas menciones sirven para transmitir una imagen de victoria del bando palestino: aparecen principalmente bajas sufridas por las fuerzas israelíes, infiltraciones en suelo israelí de comandos palestinos y operaciones israelíes aparentemente fallidas. Por ejemplo en Los túneles, la temible arma de Hamás (03 de agosto de 2014):

«la infiltración por túneles a territorio enemigo ha acabado con 63 soldados.» «las Brigadas Ezedin Al Qassam, brazo armado de Hamás, se siguen colando por debajo de sus pies»

EL PAÍS

El País sí hace referencia de forma repetida a los combates, al menos en 9 de los artículos. Por ejemplo el 20 de julio de 2014:

«Shiyaiya ha sido el foco de los ataques y combates más intensos desde el inicio de la ofensiva»
«Los soldados israelíes encuentran resistencia armada pese a la abrumadora superioridad de su maquinaria bélica «
«Había visto tanques israelíes avanzando por su barrio»

RTVE

Yolanda Álvarez, hace una sola referencia a los combates en la crónica para el Telediario de TVE de las 15:00 horas del 23 de julio:

“Este el último punto habitado al que podemos llegar antes del frente de guerra, en el que combaten milicianos gazatíes y soldados israelíes”

Respecto a los combatientes, en una ocasión, la periodista encuentra a palestinos armados tratando de pasar inadvertidos entre la población civil que huye del frente, tal como lo cuenta en su crónica para el Telediario de TVE de las 21:00 horas del día 20 de julio:

“Entre ellos, aprovechan para escapar algunos milicianos: prefieren salvar armas antes que vidas. Y nos advierten que dejemos de grabar. Tenemos que marcharnos deprisa. Las milicias rompen la tregua antes de tiempo”.

En términos generales, a pesar de haber mencionado los combates cuerpo a cuerpo los medios apenas desarrollaron lo que suponía un factor decisivo para comprender la situación en el terreno. Tal vez porque sus corresponsales no pudieron estar más cerca del frente de batalla, la impresión que se transmitió fue la de que Israel se limitó a bombardear áreas urbanas sin propósito militar. Esto dificultaba la comprensión del cuadro general: ¿a qué se debía entonces el elevado número de bajas israelíes?

 
2 – DATOS POR UN LADO, VERSIÓN ISRAELÍ POR OTRO

En medio del sufrimiento generado por todo conflicto armado, aparece gran profusión de datos aportados por autoridades e instituciones de ambos bandos. Las versiones de cada lado, por lo general, no coinciden.

En el caso de la cobertura informativa de este conflicto, la versión que aportaron las fuentes en la Franja de Gaza se incorporó al relato periodístico sin mencionar la existencia de otras versiones, ni enmarcarlas en la polémica al respecto.

Por otra parte, al hablar de víctimas palestinas, viviendas destruidas y cifras de no combatientes sobre el total de fallecidos encontramos repetidamente que los datos se ofrecen sin especificar la fuente. Sin embargo, los datos de fuentes israelíes aparecen siempre acotados con el origen, entrecomillados o con la añadidura del término “supuesto”.

La impresión resultante es que la versión palestina consiste en hechos contrastados, mientras que las informaciones aportadas por Israel representan tan sólo una versión parcial y cuestionable.

Estos son sólo unos mínimos ejemplos de lo que fue una práctica sistemática de todos los medios:

ABC:

Crónica de Mikel Ayestarán publicada por el diario ABC el día 12 de julio:

“Hasta el momento los ataques israelíes han destrozado 300 viviendas y muchos de los que se han quedado sin hogar son quienes, de forma provisional, acuden a estos colegios de la ONU…”
Más de 570 proyectiles han salido de la Franja desde el estallido de la crisis, según cifras ofrecidas por la seguridad israelí, sin causar hasta el momento víctimas mortales…”
[Negritas en el original]

EL MUNDO

Encontramos cifras pasmosamente precisas sin citar fuente alguna. Es el caso del día 27 de julio:

“En el vigésimo día de ofensiva israelí los palestinos muertos son ya 1032, 236 de ellos son niños, 93 son mujeres y 47 ancianos. Paralelamente hay 6233 heridos, de los que 1994 son niños y 1169 mujeres”

EL PAÍS:

Crónica del 20 de julio:

En 13 días de operación israelí sobre Gaza han muerto 469 palestinos. Unos 120 sólo este domingo (incluido un periodista local de televisión). Tres de cada cuatro eran civiles y más de uno de cada cinco, niños. Israel anunció que sufrió 13 bajas militares, la jornada más mortífera desde la guerra de Líbano de 2006.”

EFE:

Crónica el 25 de julio:

“una incursión terrestre que en apenas una semana se ha cercenado la vida de más de 500 personas, casi todas civiles”

No obstante, cuando se trata de mencionar datos e informaciones proporcionados por fuentes israelíes la agencia EFE también le da un tratamiento diferente a las fuentes palestinas. En la crónica del día 21 de julio, que firman Javier Martín y Elías L. Benarroch, se habla de que las autoridades militares israelíes informaron de una emboscada sufrida por sus tropas en la que murieron 13 militares. Podemos leer:

“Después de la supuesta emboscada, cazabombarderos, helicópteros artillados, tanques y buques de guerra multiplicaron el castigo sobre las míseras calles del enclave”

Vemos pues que los medios incorporan a su discurso datos e informaciones proporcionadas por instituciones y organizaciones que trabajan en la Franja de Gaza como hechos probados. En cambio, cuando se trata de datos ofrecidos por fuentes gubernamentales o militares israelíes no sólo se especifica el origen del dato, sino que algunos aparecen entrecomillados.

 
CONTEXTUALIZANDO LAS CIFRAS:
 
A pesar de que fueron obviadas en la mayoría de los casos, algunos artículos sí ofrecieron la identidad de las fuentes. Por lo general, los periodistas hacían referencia a la Oficina del Alto Comisariado para los Derechos Humanos y la UNRWA (United Nations Relief and Works Agency).

Pero jamás se mencionó que esos mismos organismos difunden los informes “Gaza Emergency Situation Report” donde las cifras de víctimas siempre vienen acompañadas de un pie de página que subraya:

“Los datos sobre fatalidades y destrucción de la propiedad son consolidados por los grupos de Protección y Refugio basados en informaciones preliminares y sujetos a cambios de acuerdo a verificaciones adicionales”. Véase por ejemplo el informe del 8 de agosto de 2014.

Tampoco se reflejó, en ningún medio, el debate existente respecto a la cifras, ni se informó de las órdenes concretas de Hamás de convertir a cualquier víctima en civil, (fuera ésta combatiente o no).

Es decir, los medios españoles obviaron toda duda existente respecto a los datos que ofrecieron incorporándolos a su relato como un hecho incontestable.

 
3 – FUENTES SIN FILTRO

El dar plena credibilidad a fuentes palestinas ha llevado a dar voz a testigos discutibles o a otorgar validez a versiones que luego se han demostrado erróneas. Dos casos relevantes:

a – Caso Al Shati

El día 28 de julio Yolanda Álvarez realizó su crónica para el Telediario de las 21:00 de TVE desde el campo de refugiados de Al Shati, al oeste de la ciudad de Gaza, mostrando el lugar en plena calle donde al parecer murieron tres adultos y siete niños palestinos. De cuclillas señaló un lugar en el suelo:

“Este agujero es el impacto que ha dejado en el asfalto el cohete lanzado por un dron israelí. Alrededor había muchos niños jugando en este primer día del Eid elFitr.”

Más adelante, tras mostrar la cámara los impactos de metralla en la fachada de un edificio, contó:

“Los testigos aseguran que los impactos de metralla son de cohetes disparados desde drones israelíes.”

Y por último añadió la versión israelí:

“El Ejército sostiene que lo ha lanzado Hamás.”

RTVE presentó el testimonio de un testigo y la versión de las Fuerzas de Defensa de Israel. Pero optó por la versión de la parte palestina al mostrar el lugar, añadiendo el detalle de que en el lugar del impacto “había muchos niños jugando”. Al tomar como veraz el testimonio de testigos reitera un error.

Los aviones sin piloto o drones no se emplean para disparar cohetes, un arma sin sistema de guía, sino para disparar misiles o bombas teledirigidas. La industria de defensa de Israel produce misiles de empleo en helicópteros y drones. Se trata de los misiles LAHAT y Tamuz. Tienen cabezas de combate pensadas para atravesar el blindaje de carros de combate o atravesar la pared de edificaciones. Precisamente Yolanda Álvarez enseñó en el Telediario de las 15:00 del día 25 de julio el resultado de un ataque israelí con ese tipo de armas:

“En pleno centro de Gaza, un coche ha saltado por los aires. Afortunadamente, sin víctimas. El cohete lanzado por un dron israelí ha perforado el asfalto unos 20 centímetros.”

En este segundo caso vemos que el blanco elegido por las fuerzas israelíes era muy concreto y que el impacto del misil (Yolanda Álvarez vuelva a hablar de “cohete”) dejó un orificio en el asfalto, lo que es coherente con lo que hemos expuesto de las armas israelíes.

Sin embargo, en el primer escenario, parecería que se trata de una serie de especulaciones basadas en información técnica de la que la periodista no disponía en aquel momento. Y el error surgió de la disposición a creer a los testigos palestinos en contraste con la versión israelí. Para ella, los palestinos “aseguran”. Es decir, afirman con seguridad. Mientras que por parte de Israel, “El Ejército sostiene…”. Esto es, sostiene una versión o sostiene una hipótesis.

Pero ¿quién disparó el proyectil que mató a diez palestinos en una calle de Al Shati?

Al día siguiente de la crónica en cuestión, el periodista italiano Gabriele Barbati abandonó la Franja de Gaza e informó desde su cuenta de Twitter:
 

“Fuera de Gaza lejos de las represalias de Hamás: Cohete fallido mató niños ayer en Shati. Testigos: Milicianos corrieron y limpiaron restos”

En otro tweet en italiano sobre el mismo asunto, añadió que las muertes en Shati no fueron culpa de Israel y que el comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel al respecto era cierto:
 

En el caso del cohete que mató a tres adultos y diez niños palestinos en un calle de Gaza, RTVE se limitó al testimonio de unos testigos en un asunto cuyos detalles técnicos no tenía por qué conocer la periodista. Pero el medio debía haber acudido a expertos o a personas cualificadas como fuente de información antes de dar por válida esa versión.

De hecho, la constante la predisposición de los medios a dar por válidas las fuentes de información del lado palestino, les ha llevado a dar voz a personajes cuya fiabilidad es cuestionable, incurriendo así en varios errores periodísticos.

b – Caso Dr. Fosse

Es el caso del médicos noruego Erik Fosse, entrevistado por varios periodistas españoles. Las crónicas van subiendo de tono según el medio.

El País entrevistó a Erik Fosse en su crónica del día 13 de julio. El médico noruego habla de los misiles “precisos y teledirigidos” disparados por los drones israelíes que al explotar despiden “gotas de metal caliente que provocan quemaduras pequeñas“, “[a]penas dejan rastro sobre las aceras o los edificios que golpean” y “mata todo lo que haya en un radio de entre 10 y 15 metros”. La descripción es lo suficiente genérica para coincidir con el efecto de varias armas. No hay nada extraño en la descripción.

RTVE entrevistó a Erik Fosse en el Telediario de TVE de las 15:00 horas del 14 de julio. El doctor Fosse es presentado como un médico que “ha venido desde Noruega para este emergencia” y procede a explicar las acciones de las fuerzas israelíes:

“Tiran bombas muy precisas de pequeño diámetro que lanzan desde drones. Explotan en el suelo y rebotan mucha energía. Así que suelen perder sus piernas o la parte inferior del cuerpo”

Ese mismo día, el 14 de julio, en una crónica de la agencia EFE también apareció el doctor Fosse. En ella se cuenta que se había encontrado entre los pacientes que recibía en el hospital a algunos con un tipo de herida que “nunca antes había afrontado en sus más de treinta años de experiencia en la universidad y en la ONG noruega NORWAC, con la que colabora”. Según las palabras del doctor Fosse:

“Es un tipo de bomba antipersona de pequeño diámetro diseñada para matar con más precisión y que causa un tipo de heridas particulares. Se lanza desde los drones, y al impactar en el suelo sueltan una descarga tal de energía y de metralla que destroza la parte inferior del cuerpo”.

El día 14 de julio apareció una segunda crónica en EFE con una redacción ligeramente diferente. En la crónica se dice que “se trata de proyectiles que al estallar en el suelo desprenden tanta energía que amputan la parte inferior del cuerpo y causan graves quemaduras”. Esta vez EFE incluye someramente el testimonio de “un experto legal del Ejército israelí” que afirmó que el doctor Fosse había lanzado acusaciones parecidas anteriormente y «que resultaron falsas».

Resulta que en el año 2009 el doctor Fosse salió a la luz pública denunciando junto con su colega, el también doctor Mads Gilbert, el uso por parte de Israel durante la llamada Operación “Plomo Fundido” de un nuevo tipo de arma que provocaba “amputaciones muy brutales”. El doctor Fosse acusó entonces a Israel de emplear proyectiles cargados con DIME (siglas en inglés de “Explosivo de Metal Inerte Denso”). Es decir, el doctor Fosse declaró en julio de 2014 haber encontrado por primera vez en su vida a pacientes en Gaza con un tipo de heridas provocadas por una cierta arma israelí cinco años después de denunciar haber descubierto lo mismo. En este tiempo, por cierto, no han aparecido otras fuentes que hayan corroborado la primera y la última denuncia.

Si los periodistas que entrevistaron el doctor Fosse hubieran indagado sobre su persona, habrían encontrado que ya había anunciado al mundo en 2009 lo que ahora presentaba como un descubrimiento. Pero también habían encontrado que en el diario británico The Guardian se le describía entonces como un activista palestino de “perfil alto”. O que su compañero de denuncia, el doctor Mads Gilbert, era una figura polémica en su Noruega natal por haber defendido “el derecho moral” que asistía a los terroristas que cometieron los atentados del 11 de septiembre de 2001, en lo que era una “respuesta legítima”. Así que el doctor Fosse apareció en las crónicas periodísticas como un médico que aportaba su visión como profesional sin que se ofreciese al lector o espectador más información sobre su perfil político y en un solo caso se proporcionó la versión israelí.

Una vez más, los medios obviaron toda duda existente respecto a sus fuentes, convirtiéndolas en relatores incontestables de la realidad.

 
4 – ESTILO Y JUICIOS DE VALOR

Otra faceta especialmente llamativa de algunos artículos ha sido la búsqueda de estilizarlos, convirtiendo las crónicas en piezas literarias. Destacan especialmente en ello El País y la agencia EFE.

Al diario El País, le debemos el siguiente párrafo:

“A media mañana, en cambio, el sol exacerbaba los grises del cemento en el cráter abierto en mitad del barrio, el ocre de la tierra removida y el lomo brillante de las moscas que pacían en los chorretones de sangre.”

EFE, por su parte, también realizó varias incursiones en el terreno de la literatura. Como el siguiente fragmento de la crónica del día 19 de julio:

“Consumido el ocaso, una vez que la fiesta judía del Sabat comienza, decenas de bengalas lanzadas desde el cielo aventan la sombra perpetua de la vigilia en Gaza y tornan la noche en día. Como fuego de artificio, se desplomaban lentas acompañadas de un ruido atronador y decenas de resplandores en todos los contornos de la Franja.”

Independientemente del talento literario, lo que es una cuestión de formas que atiende al personal estilo de cada autor tiene implicaciones periodísticas cuando el uso de recursos literarios persigue conmover al lector y se convierte en un juicio de valor. Veamos en el siguiente párrafo de una crónica de la agencia EFE del día 23 de juliola elección de palabras:

“El destino, compañero cruel de aquellos que han sido condenados a la miseria y el olvido, quiso que naciera el pasado jueves, en el mismo frente de batalla, al tiempo que soldados y tanques israelíes violaban la vecina verja que aísla la franja y sus orugas hollaban, por segunda vez en cinco años, Gaza.”

La verja fue “violada” y Gaza “hollada”. Según el diccionario de la Real Academia Española, “hollar” en su tercera acepción significa “abatir, humillar, despreciar”.

Por su parte, El Mundo decidió incursionar en el terreno de las analogías históricas. En la crónica del día 20 de julio se recogen las palabras del viceministro de Salud de la Franja de Gaza:

«Estamos ante una nueva Sabra y Shatila».

A continuación, la periodista explica la referencia histórica.

“La matanza de Sabra y Shatila, que tuvo lugar en 1982 en los campos de refugiados palestinos del mismo nombre en El Líbano y que fue llevada a cabo por tropas israelíes y milicias falangistas libanesas, vuelve a la memoria de muchos.”

El diario El Mundo y sus responsables de la sección internacional deberían saber que la matanza de Sabra y Chatila no fue llevada a cabo por tropas israelíes, sino por fuerzas falangistas cristianas libanesas a las órdenes de Elie Hobeika.

Otro ejemplo, también destacable, es el empleo de la imagen de “castigo” para referirse a las operaciones militares israelíes. Esto transmite la idea de que las operaciones no tienen más objetivo que causar daños a la población civil, algo considerado por las leyes internacionales como un crimen de guerra. Es un término valorativo que repiten los medios en varias ocasiones.

ABC publicó una crónica el 11 de julio con el siguiente título:

“La población de Gaza sufre uno de los más duros castigos de su historia”

Por su parte, el 20 de julio la agencia EFE decía así:

“desde que el jueves por la noche Israel endureciera su castigo bélico con una incursión terrestre”

El País emplea también el término “castigar” en la crónica del día 19 de julio

“mientras Israel castiga Gaza con una operación militar”

En términos generales, los medios incorporaron en sus artículos juicios de valor a través del lenguaje y el estilo.

 
5 – HISTORIAS QUE NO FUERON CONTADAS

Hemos visto que medios españoles dedicaron poca atención a los ataques con cohetes que provocaron la intervención israelí y poca atención a los combates terrestres durante los que se produjeron bastante destrozos en los barrios afectados. Prefirieron centrarse en la población civil y su sufrimiento en un enfoque de “periodismo humano” que da protagonismo a los testimonios y expone las tragedias personales. Sin embargo, los periodistas españoles en Gaza también apuntaron algunas historias que podían incriminar a Hamas en el sufrimiento de su pueblo, pero por lo general se decidió no tirar del hilo y quedaron en el olvido informativo.

A continuación sólo algunos ejemplos:

En una crónica una semana antes del comienzo de la operación militar israelí “Margen Protector”, publicada por el diario El Mundo el 1 de julio, Isabel Pérez cuenta:

“Nadie quiere sufrir otra guerra y son muy pocas las personas que quieren dar su opinión sobre el papel que cumplen, hoy por hoy, las facciones armadas.”

El miedo que Isabel Pérez captó es comprensible tras conocer dos testimonios que Juan Gómez recogió. En su crónica del 6 de agosto para el diario El País entrevista al politólogo Jaimar Abusada:

“La disidencia no es del todo fácil, pero existe aunque Hamás “controla Gaza con métodos totalitarios””

El enfrentamiento entre el partido secular Al Fatah al que pertenece el presidente de la Autoridad Palestina y el islamista Hamás que gobierna Gaza tras un enfrentamiento armado es señalado como el origen de los problemas por el activista palestino Raji Surani que Juan Gómez entrevista para su crónica del día 10 de julio en el diario El País:

“la vida aquí es catastrófica desde 2007”, cuando empezó el cerco israelí a la zona, que había quedado bajo control de Hamás tras la breve guerra civil que dividió los territorios palestinos.”

El conflicto entre la Autoridad Palestina y el gobierno de la Franja de Gaza tiene aspectos prácticos, como el funcionamiento de los bancos palestinos. Yolanda Álvarez recogió el testimonio de un gazatí que hacía cola delante de una oficina bancaria para su crónica del Telediario de TVE de las 21:00 del 17 de julio:

“Mohammed lleva 5 horas esperando. “Llevamos 2 semanas sin cobrar nuestro salario. Por problemas entre el Gobierno de Gaza y el de Ramala, Hamás ha cerrado los bancos. Ahora, con la guerra, esto es un desastre”, se queja.”

Isabel Pérez ofrece en su crónica previa al comienzo de la operación “Margen Protector” del 1 de julio una explicación de bloqueo de los bancos.

“En la Franja de Gaza el síntoma más visible es el bloqueo de cajeros automáticos y las multitudes de palestinos agolpados a las puertas de los bancos que, tras una noche de bombardeos, amanecen cerrados. Todos saben que no cierran por la proximidad de una posible guerra sino por imposición del Gobierno fantasma de Hamas, disgustado por no haber recibido todavía desde Ramala el dinero para pagar los salarios de sus funcionarios.”

Mikel Ayestarán entrevista a los miembros de la pequeña y decreciente comunidad cristiana de la Franja de Gaza para su crónica del día 24 de julio, publicada en el diarioABC. Explica así el tamaño menguante de la comunidad cristiana:

“La presión interna a costa de Hamás y externa, por culpa del bloqueo de Israel, ha empujado a la mayoría de cristianos a abandonar la Franja en los últimos años y el número actual no supera las 2.000 personas, según fuentes humanitarias consultadas”

Las acusaciones a Israel por el bombardeo de instalaciones hospitalarias y educativas se convirtió en un asunto recurrente durante las semanas de la operación “Margen Protector”. Hay que destacar que Juan Gómez fue el único reportero en la zona que incluyó en sus crónicas dos de los tres casos en que Naciones Unidas denunció el uso de sus escuelas como escondite de armamento. La primera ocasión informó de lo siguiente:

“La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) denunció el uso de una de sus escuelas para almacenar 20 cohetes. Un portavoz de la ONU dijo que el colegio estaba “fuera de uso” y que es “el primer incidente de este tipo” durante esta operación militar. “UNRWA condena duramente al grupo o los grupos responsables de colocar las armas en una de sus instalaciones. Es una violación flagrante de la inviolabilidad de nuestras instalaciones según la ley internacional”, dijo en una nota de la agencia, que educa y alimenta a buena parte de los gazatíes.”

En la segunda ocasión lo hizo de forma más somera en el contexto de intercambio de acusaciones:

“La ONU —que denunció el hallazgo de cohetes en una segunda escuela— confirmó el ataque, pero no detalló si el edificio había sido evacuado.”

De hecho, el juego del gato y el ratón entre las Fuerzas de Defensa de Israel y los grupos armados palestinos que movían sus lanzaderas de cohetes por áreas residenciales está en el origen de algunos de los ataques israelíes que más polémica causaron. Yolanda Álvarez lo expresó en su crónica para el Telediario de las 15:00 horas del 19 de julio de las siguiente manera:

“Los gazatíes están atrapados entre los milicianos, que se esconden bajo edificios civiles, y el Ejército de Israel, que bombardea allá donde hay milicianos y lanzaderas de cohetes, haya o no civiles.”

Durante sus crónicas, Yolanda Álvarez tuvo ocasión de entrevistar a personas con una visión del conflicto diferente al entusiasmo por el lanzamiento de cohetes contra Israel mostrado por otros palestinos en las crónicas de la mayoría de los corresponsales. En dos ocasiones Yolanda Álvarez mostró a palestinas de diferente edad que presentaron la misma idea de sentirse en medio de un conflicto entre los grupos armados e Israel. En su crónica para el Telediario de las 21:00 horas del 28 de julio recogía el testimonio de Rossane, una niña de 14 años que se expresaba en inglés:

«Queremos que pare la guerra. Esto es tan difícil para nosotros. Estamos aterrorizados. Hamás está bajo tierra e Israel bombardea nuestras casas. Somos humanos. Tenemos sentimientos»

En su crónica para el Telediario de las 15:00 horas del día 30 de julio mostró las palabras de Sabah:

«No necesitamos una guerra. Si ellos la necesitan, entonces de acuerdo, matadnos a todos de una vez y no nos dejéis sufrir más. Las milicias lanzan un cohete y se esconden bajo tierra. Y entonces Israel nos bombardea. Queremos a nuestros hijos vivos»

Todas estas historias fueron apuntadas por los periodistas destacados en la zona, pero ningún medio decidió ahondar en ese sufrimiento de los gazatíes que apuntaba a otro responsable que no fuera Israel.

 
6 – PERFIL PROFESIONAL, PERFIL PÚBLICO

Mientras que atribuir a un medio un determinado sesgo a partir del enfoque y contenido de sus crónicas en ocasiones puede lindar con el terreno de la especulación, hoy en día es fácil ver como los periodistas exponen sus ideas abiertamente en el ámbito de las redes sociales.

Todos los periodistas españoles que cubrieron desde la Franja de Gaza el reciente conflicto mantienen presencia en las redes sociales de Internet, algo que por otra parte normal y común entre los profesionales de la comunicación. Así podemos seguir a Yolanda Álvarez, Juan Gómez, Javier Martín, Isabel Pérez y Mikel Ayestarán en Twitter.

Y en twitter pudimos ver cómo algunos de los periodistas destacados en Gaza cruzaron la línea que separa el periodismo hacia el lado del activismo político. Destacan especialmente Mikel Ayestarán e Isabel Pérez.
 
A continuación solo unos ejemplos:
 
Mikel Ayestarán
 
 
 

https://twitter.com/mikelayestaran/status/494433613958905856

 
Isabel Pérez
 
 
Mencion aparte merece el caso de Isabel Pérez, quien jamás ha ocultado su condición de activista. Su blog personal y sus perfiles sociales abundan en material anti-israelí.
 
Por ejemplo la negación de la existencia del estado de Israel:
– «Desayuno cada día mirando este mapa. Palestina es una»

– Isabel Pérez, de hecho, pone en Facebook unas tiras cómicas que representan a ella y el marido, y en las que se identifica como una combatiente:

7 – PERIODISTAS INTERNACIONALES

Cientos de periodistas internacionales cubrieron in situ el reciente conflicto armado en la Franja de Gaza. Al igual que los corresponsales españoles, la mayoría de ellos se desplazaron temporalmente a la zona. Según han ido saliendo de la Franja de Gaza han podido expresarse en libertad y dar informaciones o detalles que omitieron durante sus coberturas.

Por ejemplo, tres cadenas registraron el lanzamiento de cohetes palestinos en plena conexión de sus corresponsales. Fue el caso de la edición en inglés del canal France 24, la edición en árabe del canal France 24 y la edición en inglés del canal Al Jazeera. En el caso del reportero francés de la edición en inglés de France 24, Gallagher Fenwick, mostró posteriormente una lanzadera de cohetes abandonada cercana al hotel donde se alejaban los periodistas internacionales en una zona rodeada de edificios, entre ellos uno de Naciones Unidas. Por su parte, Sreenivasan Jain, reportero de New Delhi TV, registró a través de la ventana de su hotel cómo bajo una carpa frente al hotel se montaba una lanzadera de cohetes.

En el caso del periodista indio Sreenivasan Jain, esperó a abandonar la Franja de Gaza para difundir las imágenes de la preparación de una lanzadera de cohetes. Hizo igual que el periodista italiano Gabriele Barbati, que esperó a su salida de la Franja de Gaza para contar que el proyectil que cayó en el campo de refugiados de Shati y mató a varios niños era un cohete palestino que falló. Ambos consideraron conveniente esperar a la salida de la Franja de Gaza para difundir las informaciones que poseían.

Por su parte, Tamer El-Ghobashy, corresponsal del Wall Street Jorunal, borró de su perfil de Twitter una foto con el comentario: “Un muro exterior en el campus del principal hospital de Gaza fue golpeado por un ataque. Daños bajos sugieren un tiro fallido de Hamás”. Su explicación posterior fue que se trataba de una especulación.

Vemos que los periodistas internacionales han actuado con prudencia a la hora de informar desde Gaza. Podemos especular si la razón es el temor a represalias por parte de Hamás u otros grupos palestinos. Pero sabemos con certeza de la existencia de presiones de Hamás a la prensa internacional por la misma boca de Hamás. Lo contó para un canal de televisión libanés, Isra Al-Mudalla, portavoz para las relaciones internacionales del Ministerio de Información de Hamás. Aquellos periodistas que se empeñaron en tratar de filmar lanzamientos de cohetes fueron advertidos al ser considerados “cómplices” de Israel y si su trabajo periodístico no cambiaba se les expulsaba de la Franja de Gaza. Radjaa Abu Dagga, corresponsal del diario francés Liberation, tras contar cómo fue interrogado y amenazado por miembros de Hamás, que usaban el hospital de Al Shifa como oficina, pidió que la crónica fuera retirada de la página web del periódico.
 
Sucesos como estos son los que llevaron a la Foreign Press Association en Israel a emitir una declaración donde “protestaba en los más enérgicos términos ante los métodos no convencionales descarados, incesantes y de fuerza empleados por las autoridades de Hamás y sus representantes contra los periodistas internacionales llegados a Gaza a lo largo del mes pasado”. En la declaración se daba cuenta de que periodistas extranjeros habían sido “acosados, amenazados e interrogados acerca de las historias o informaciones que habían dada cuenta a través de sus medios de comunicación o redes sociales”

Sin embargo, en España, el periodista Luis Faci recogió para El Heraldo de Aragón las impresiones de tres corresponsales españoles (Mikel Ayestarán desde Gaza, Ana Alba y Eugenio García Gascón desde Jerusalén) en un artículo publicado el día 10 de agosto bajo el título “Los periodistas españoles niegan presiones”.

Es más, al contrario, la impresión que se llegó a transmitir era la de que Israel intentaba ejercer presión sobre los corresponsales. La agencia EFE contaba en su crónica del día 20 de julio los trámites de acreditación ante el Gobierno israelí para acudir a informar desde Gaza. La crónica se titulaba “Israel advierte a la prensa internacional en Gaza”:

“Asimismo, los periodistas extranjeros que se encuentran en Gaza desde el inicio de las hostilidades entraron en la Franja con la acreditación que extiende el Gobierno israelí y previa autorización del Ejército israelí, al que hubo que enviarle un correo electrónico con todos los datos.”

Cabe preguntarse por qué la agencia EFE no consideró informativamente relevante contar los trámites seguidos por los periodistas para acreditarse ante las autoridades en Gaza, y si los periodistas internacionales recibieron algún advertencia por parte de Hamás u otro grupo palestino en la Franja de Gaza.

De hecho, la postura tomada por la agencia EFE parece seguir la linea denunciada recientemente por Matti Friedman, excorresponsal en la zona de la agencia Associated Press, quien apuntaba en un extenso artículo sobre el fracaso de los corresponsales en la zona que:

“La política era entonces y sigue siendo la de no informar a los lectores acerca de la censura a menos que el censor sea Israel. A principios de este mes, el editor de noticias de Jerusalén de Associated Press realizó y presentó un reportaje sobre la intimidación de Hamas; la historia fue congelada por sus superiores y no se publicó”.

 
CONCLUSIONES

Estos cinco medios optaron por cubrir el conflicto a través del “periodismo humano”, centrándose en los dramas personales, entrevistando principalmente a palestinos corrientes en su lucha por sobrevivir en medio del conflicto, a parientes de fallecidos o a personas con responsabilidades de algún tipo como activistas de derechos humanos o médicos.

Sin embargo, a pesar de haberse encontrado con esbozos de historias que podrían haber incriminado a Hamas en el sufrimiento de su pueblo, los medios rehuyeron seguir cualquier senda que pudiera abrir un debate al respecto. De este modo, olvidaron enmarcar el conflicto más allá del reiterado drama personal, ofreciendo múltiples horrores sin realmente explicarlos.

En su transmisión del sufrimiento, no tuvieron reparos en estilizar su pluma, buscando la empatía del lector. Pero la identificación con uno de los bandos provocó una falta de pluralidad en las crónicas y fallaron a la hora de mostrar el cuadro general. Con algunas excepciones puntuales y personales mostradas en este trabajo, se pùede decir que por lo general, los medios no aportaron matices, obviaron dudas y debates respecto a los datos y no filtraron sus fuentes si estas eran palestinas.

Tal vez por la dificultad de las condiciones de trabajo en medio de una contienda bélica, tal vez por presiones de Hamas (factor que los corresponsales españoles han negado categóricamente), tal vez por convicción ideológica, o simplemente por seguir una “reglas del juego” establecidas, el resultado general resultó, si bien muy dramático y “visual” en cuanto a las formas, monocolor y pobre en su contenido.

Siguiendo el clásico concepto periodístico, un lector que se hubiera limitado a seguir la operación Margen Protector a través de las crónicas de los corresponsales españoles, habría captado a la perfección el “dónde” y el “cuándo”, se habría aproximado al “quién” y al “qué” y al “cómo”, pero jamás habría entendido el “por qué”.

Mi Enfoque #522, Setiembre 5, 2014, por David Mandel,

La victoria pírrica de Hamás

Mi Enfoque #522, Setiembre 5, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

 

Los líderes de Hamás han celebrado con júbilo lo que consideran su victoria sobre Israel. La gran mayoría de los palestinos, tanto en Gaza como en la Cisjordania, están convencidos de que el resultado del último enfrentamiento con Israel (más apropiado sería decir «del reciente» ya que es dudoso que sea «el último») fue una gran victoria. Si hoy se celebrasen elecciones—que se habían fijado para el año 2009, pero, tal vez, esa fecha está expresada de acuerdo al calendario musulmán en el cual recién estamos en el año 1435, así que no hay apuro—el líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, sería elegido Presidente de la Autoridad Palestina con una abrumadora mayoría de votos.

 

Victoria pírrica se llama a la «victoria» conseguida a un costo de enormes pérdidas en el bando que se considera vencedor. El nombre viene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos que le costó la vida de miles de sus soldados. Al ver el resultado de la batalla, Pirro dijo «Otra victoria como ésta y no quedará nadie que me acompañe cuando regrese a casa».

 

El cese de fuego firmado por Hamás no incluyó ninguna de las condiciones que exigió durante la guerra. En realidad fue el mismo cese de fuego que Egipto le había ofrecido cuando recién empezó el enfrentamiento, y que Hamás rechazó con desprecio.

 

El momento que Hamás escogió para provocar una guerra con sus acciones no podía ser peor para la organización. Egipto había declarado fuera de la ley a la Hermandad Musulmana (de la cual Hamás forma parte), y el mundo contemplaba horrorizado las atrocidades cometidas por ISIS en Siria e Irak, organización con la cual Hamás comparte su ideal de revivir un califato islámico. Eso explica porque Hamás no tuvo ningún apoyo internacional, exceptuando Qatar, Turquía, las turbas antisemitas en Europa y los varios países latinoamericanos que retiraron temporalmente de Israel a sus embajadores.

 

El júbilo de la «victoria» no soluciona el problema de cientos de miles de habitantes de Gaza que han quedado sin hogar. Si los palestinos mismos analizasen, sin emociones ni fantasías, los «logros» de Hamás desde que, hace siete años, violentamente desalojó a la Autoridad Palestina de Gaza y asumió el poder, se darían cuenta que el régimen de Hamás ha sido una catástrofe, y lo único que han conseguido con los 20,000 cohetes disparados a centros poblados israelíes y los tres enfrentamientos armados que tuvieron lugar en los últimos cinco años, es aumentar la miseria y el sufrimiento de la población de Gaza, mientras que la población palestina en la Cisjordania, ha tenido, durante ese mismo período, un gran progreso económico.

 

Es muy poco probable que la desmilitarización de Hamás, exigida por Israel, se realice, pero si es muy probable que habrá una supervisión mucho más rigurosa sobre lo que Hamás hará con el dinero y materiales de construcción que recibirá, lo cual le impedirá (o, siendo más realistas, le dificultará) reponer su stock de cohetes y construir nuevos túneles de Gaza a Israel.

 

Hamás durante siete años fue la autoridad única e indiscutible en Gaza. Esto ya no será así. Egipto y la comunidad internacional exijan que la Autoridad Palestina renueve, aun si solo es parcialmente, su control sobre Gaza.

 

El rey Pirro, si pudiese ver el resultado de la guerra de Gaza, tal vez diría, «Unas cuantas victorias más como esta y Gaza se convertirá en el más grande parque de estacionamiento de vehículos en el Medio Oriente».

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La opinión que Hamás tiene de los judíos

Mi Enfoque #522, Setiembre 5, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

 

Hay una anécdota que es respetable por su edad, pero la repetiré ya que se me vino a la mente esta mañana cuando traduje la Constitución de Hamás del inglés al español*. Es así:

 

Un señor judío sube al ómnibus y ve que su amigo Moishe está sentado leyendo un periódico. Se sienta a su lado y se sorprende al ver que el periódico es de una agrupación neo-nazi.

—Moishe—le pregunta—No te entiendo, estás leyendo un panfleto antisemita.

—Es cierto. Te explicaré. Me deprime mucho leer las noticias en el periódico de la comunidad. Todos los días cohetes a poblaciones civiles israelíes. En Londres pedidos de boicot contra Israel. En París las turbas queman sinagogas. En Berlín los manifestantes piden que los judíos sean enviados a las cámaras de gas. Irán amenaza borrar del mapa a Israel. Muy deprimente. Prefiero este periódico. Las noticias aquí son completamente distintas. Mira este titular donde dice que no hay judío que no sea multimillonario; que somos dueños de todos los bancos; que manejamos a los gobiernos del mundo; que Obama y Putin no hacen nada, ni siquiera van al baño, si Netanyahu no les da permiso.

 

Hamás atribuye a los judíos en su Constitución la autoría de tantos importantes hechos históricos que uno se siente tentado a pensar que tal vez sus cohetes y sus asesinos suicidas son solamente una expresión descontrolada de envidia y celos.

 

El Artículo 22 de la Constitución de Hamás revela que:

  • Los judíos provocaron la Revolución Francesa.
  • Los judíos realizaron la revolución comunista en Rusia
  • Los judíos causaron la Primera Guerra Mundial
  • Los judíos destruyeron el Califato Islámico
  • Los judíos formaron la Liga de las Naciones para poder gobernar el mundo
  • Los judíos causaron la Segunda Guerra Mundial
  • Los judíos crearon las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad para gobernar el mundo a través de esas instituciones

 

El Artículo 32 denuncia que el plan sionista de expansión territorial no tiene límites. Tan pronto los judíos logren apoderarse de Palestina, su siguiente paso es expandirse desde el Nilo hasta el Eufrates, y así sucesivamente. Este plan, según Hamás, no es secreto porque ha sido expuesto en los «Protocolos de los Sabios de Sión» que Hamás cita en el mismo artículo.

 

Aparte de eso, los judíos, según Hamás también menciona en el Artículo 22, crearon organizaciones que les ayudan a gobernar el mundo. Entre ellas están los masones, los clubes Rotarios, y los Leones.

 

Es importante que Israel incluya entre los representantes a las negociaciones de cese de fuego no solamente políticos y diplomáticos sino, aún más importante, psiquiatras de experiencia y renombre.

 

Nota.- Si alguien desea pasar un rato entretenido leyendo la Constitución de Hamás en castellano (son 20 páginas) basta que me escriba un e-mail a enfoque@netvision.net.il y se lo enviaré con mucho gusto.

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Hay un tiempo para cada cosa, y este no era el tiempo

Mi Enfoque #522, Setiembre 5, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

 

Hay un tiempo para hablar y hay un tiempo para permanecer en silencio

Eclesiastés 3:7

 

Israel ha declarado que 400 hectáreas, ubicadas al lado de la Línea Verde (frontera del armisticio de 1949), pero en el «otro lado», son «tierra estatal». Se trata de un terreno pedregoso, no cultivado, que, según estudios de documentos, no incluye terrenos privados de palestinos.

 

La intención de Israel es construir allí una quinta ciudad en zonas que serán fronterizas con un futuro Estado palestino. Las ya existentes son Modiin Ilit, Beitar Ilit, Maaleh Adumim y Ariel.

 

Las 400 hectáreas son adyacentes a Ges Etzion, tierras compradas por judíos en la década de los años 20 del siglo pasado. Los cuatro pueblos allí construidos fueron atacados y destruidos por la Legión Árabe y por turbas árabes poco antes de la independencia de Israel. 127 personas fueron masacradas.

 

Como resultado de la Guerra de los Seis Días los descendientes de los masacrados de Gush Etzion regresaron y reconstruyeron sus viviendas. Es un consenso nacional que, en cualquier arreglo internacional que se haga, Gush Etzion será parte de Israel.

 

Las hectáreas ahora denominadas «tierra estatal» le dan continuidad territorial a Gush Etzion con Israel.

 

La decisión de Israel causó protestas inmediatas, no sólo de los palestinos, sino también de las Naciones Unidas, los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.

 

Dentro de Israel también se escuchan fuertes críticas, no sólo a la decisión en si, pero principalmente al hecho de haberla tomado y anunciado en un momento que no es oportuno para una acción controversial que socava el apoyo internacional, y que afecta negativamente la posibilidad de reanudar las negociaciones de paz con la Autoridad Palestina.

 

Debido a la burocracia israelí la primera piedra de esa futura ciudad se colocará, si los planos y documentos avanzan a una velocidad sin precedentes, tal vez sólo dentro de diez años. Tomando esto en cuenta es difícil entender porque ahora, en este momento, cuando se necesita el apoyo internacional para (tratar de) desmilitarizar Gaza haya sido necesaria expresar una declaración tan provocativa.

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Jerusalén en el Islam

Mi Enfoque #522, Setiembre 5, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

 

Jerusalén es considerada por el Islam como la tercera ciudad más sagrada para los musulmanes, después de La Meca y Medina, ciudades que se encuentran en Arabia Saudita.

 

El Corán no menciona una sola vez a Jerusalén, a diferencia de la Biblia Hebrea que la menciona 700 veces. El motivo por el cual es considerada sagrada por el Islam es por la Sura 17 del Corán donde se menciona el viaje nocturno de Mahoma a «la mezquita más lejana», relato completado por detalles que aparecen en el Hadith (colección de tradiciones acerca de Mahoma).

 

En el año 621 Mahoma, montado en su caballo Burak, cabalgó una noche de La Meca hasta «al-Aqsa», frase árabe que se traduce como «[la mezquita] más lejana». Allí Mahoma ascendió al cielo donde habló con Alá, quien le dio una serie de instrucciones acerca del formato de las plegarias Mahoma descendió del cielo a la tierra, montó en su caballo y cabalgó esa misma noche de regreso a La Meca.

 

No es mi propósito dudar de la sinceridad de los creyentes en el viaje nocturno de Mahoma, su visita al cielo y su conversación con Alá, como tampoco dudo de la sinceridad de los creyentes de otras religiones, (por ejemplo, cristianos y judíos), en los milagros relatados en sus libros sagrados. Lo que si deseo es mencionar ciertos puntos que a los agnósticos, a los ateos y a los creyentes de otras religiones les hacen dudar de la realidad del viaje nocturno de Mahoma.

 

Primero de todo, está la cuestión de la distancia. De La Meca a Jerusalén hay 1,237 kilómetros. La velocidad de un caballo de carrera, (según Guinness el record mundial lo tiene la yegua Winning Brew, que, en el año 2008, ganó una carrera corriendo a una velocidad de 71 kilómetros por hora), el caballo Burak, corriendo a esa misma velocidad, habría demorado 17 horas en cubrir la distancia, y otras 17 horas en regresar, un total de 34 horas, que, por supuesto, exceden las 12 horas que tiene una noche, y además no dejan tiempo para una conversación con Alá, que estoy convencido de que habría durado más de 5 minutos.

 

Segundo, en el año 621 no había ninguna mezquita en Jerusalén. Ni siquiera había musulmanes en la ciudad. Era una ciudad cristiana, parte del imperio bizantino. Jerusalén fue conquistada por los musulmanes en el año 637, cinco años después de la muerte de Mahoma, acaecida en el año 632. La mezquita Al-Aqsa fue empezada a construir por el califa Muawiyah en el año 661 y terminada por el califa al-Walid en el año 705.  

 

Los historiadores no islámicos creen que la frase «al-Aqsa» (la más lejana) se refiere a la mezquita de Medina, ciudad que está a 339 kilómetros de La Meca. El caballo Burak, galopando a velocidad record, podría haber realizado ese viaje en poco menos de 5 horas. Esta posibilidad deja suficiente tiempo para una conversación larga y detallada entre Mahoma y Alá, su retorno a la Meca, y hasta tiempo y oportunidad para tomar un café y comer una pita con humus en una posada en el camino de regreso.

 

El hecho de que Hamás, durante la reciente guerra, disparó varios cohetes a Jerusalén, sabiendo que era posible que cayesen en la Mezquita al-Aqsa, me hace también dudar de la sinceridad de Hamás en la creencia de que Jerusalén es una ciudad sagrada para el Islam.

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Netanyahu busca un consejero de relaciones públicas

Mi Enfoque #522, Setiembre 5, 2014, por David Mandel, enfoque@netvision.net.il

 

Ha llegado a nuestras manos el acta de una reunión secreta e imaginaria que Netanyahu, el Primer Ministro de Israel tuvo con un experto internacional en Relaciones Públicas, a quien, para proteger su reputación, llamaremos John Smith.

 

John Smith      Señor Primer Ministro, estoy aquí de acuerdo a su invitación. ¿En qué lo puedo ayudar?

 

Netanyahu       Tenemos un grave problema. Nuestra imagen, nuestras relaciones públicas, lo que llamamos Hasbará, son un completo desastre. Si no fuese por los videos de ISIS estaríamos todavía en primer lugar en el Concurso de Impopularidad Mundial.

 

John Smith      ¿Cómo se traduce la palabra Hasbará?

 

Netanyahu       Hasbará significa «explicación». Nuestras relaciones públicas consisten en explicar nuestras acciones.

 

John Smith      ¡Ahá! Allí está la base del error. Explicar equivale a tratar de justificarse. Es una actitud defensiva, completamente opuesta de los métodos tan exitosos de relaciones públicas de Hamás. En ingles decimos Show, don’t tell. Es decir «debes mostrar, no explicar». A nadie le interesan las explicaciones. Aburren. Nadie les presta atención. Las imágenes deben hablar por si mismas.

 

Netanyahu       (A su secretaria). Miriam, dame papel y lápiz que quiero anotar lo que me dice el Sr. Smith.

 

John Smith      Dígame, durante la Segunda Intifada cuando diariamente terroristas suicidas hacían volar en pedazos a civiles israelíes, ¿ustedes mostraban en televisión las cabezas que habían rodado en la pista, los brazos y piernas desparramados en las veredas?

 

Netanyahu       ¡Por supuesto que no! Nosotros respetamos la dignidad de los muertos.

 

John Smith      ¡Grave error! Usted no puede imaginarse como les encanta a la CNN, BBC y a otras cadenas y emisoras de televisión enseñar videos de muertos, mientras más sangrientos mejor. Enseñar unas cuantas cabezas tiradas por el suelo les hubiese mejorado a ustedes la imagen inmensamente. Dígame, ¿cómo tratan ustedes a los corresponsales extranjeros?

 

Netanyahu       Con consideración y cortesía, abriéndoles todas las puertas.

 

John Smith      ¡Otro grave error! Para asegurarse una buena imagen cada corresponsal debe ser acompañado en todo momento por un miembro del Mossad, que aprueben lo que el periodista puede filmar, y que censure todos los reportes que el corresponsal quiera enviar al extranjero. Se sorprenderá usted de ver como mejorará la imagen de Israel.

 

Netanyahu       Un momento que estoy tomando nota.

 

John Smith      ¿Qué mostraron ustedes en su televisión durante la guerra?

 

Netanyahu       Principalmente imágenes de cómo la Cúpula de Acero destruía los cohetes que Hamás disparaba a Tel Aviv, Ashkelon, Ashdod, Beersheba y tantas otras ciudades.

 

John Smith      ¡Oh, my God! Ustedes son tan ingenuos. No es para extrañarse que la imagen de Israel esté peor que el piso de un palomar donde cientos de palomas están enfermas de diarrea. Ustedes nunca debieron haber mostrado una sola imagen de la Cúpula de Acero. En vez, en las pantallas de televisión se deberían haber visto unicamente a gente corriendo a refugios, escuchándose en el fondo el sonido de la sirena y luego el boom del cohete. Y mejor aún, si la gente corría cargando niños y llorando. Y si podían enseñar a un viejito que a duras penas lograba llegar a un refugio, eso de por si solo, hubiese producido 10 puntos de alza en la imagen. Por supuesto, si el viejito no llegaba al refugio y volaba en pedazos, el alza de la imagen habría llegado por lo menos a 50 puntos.

 

Netanyahu       ¿Algún otro consejo?

 

John Smith      Si alguna casa hubiese sido destruida por un cohete disparado desde Gaza, ustedes deberían haberla filmado desde todos los ángulos, izquierda, derecha, desde arriba, desde abajo, para que de la impresión de que eran numerosas casas.

 

Netanyahu       Agradezco mucho su visita.

 

John Smith      Un momento, falta lo más importante. Deben ustedes mudar el Ministerio de Defensa a los sótanos del Hospital Ijilov y dar desde allí todas sus conferencias de prensa. Si a los corresponsales en Gaza les pareció correcto que los líderes de Hamás estuviesen en bunkers debajo del Hospital Shifa en Gaza, estoy seguro que también les parecerá bien y correcto a los corresponsales en Tel Aviv entrevistar a los generales israelíes en el Hospital Ijilov

Degüellos para la televisión

El terrorismo islamista mide y prepara al detalle la grabación de las decapitaciones de rehenes, dedicadas a provocar la ira de Occidente, sin dejar nada al azar

04/09/2014 

Degüellos para la televisión

Las huestes de EIS y sus matanzas, que a veces parece que impactan menos que sus decapitaciones AP

Eduardo Martín de Pozuelo

Todo está calculado en esta guerra universal que los yihadistas califican de santa. Desde que en agosto de 1998 el terrorismo, liderado por una casi desconocida Al Qaeda, voló las embajadas de Estados Unidos en Nairobi (Kenia) y en Dar es Salaam (Tanzania), causando cientos de víctimas pero un muy matizado impacto en la opinión pública, el islamismo radical ha buscado y encontrado la fórmula de multiplicar sus efectos mediáticos y por tanto terroríficos. Para ello ha evolucionado y utiliza hoy en día con eficacia un sórdido cóctel diseñado por sus departamentos de comunicación –por así definirlos– en el que mezcla un intuitivo conocimiento de la propaganda, una cuidada escenografía, el uso sistemático de las nuevas tecnologías y un mensaje de crueldad que deja sin aliento.

Hasta a los técnicos policiales y militares empeñados en combatir esta guerra mundial con los que ha hablado La Vanguardia les cuesta mantener la cabeza fría y no sucumbir al impacto emocional que supone observar impotentes el degüello de un ser humano indefenso. Saben que es parte de una guerra, que es una provocación para desencadenar represalias que usarán para justificar mayores barbaridades, y saben que la opinión pública occidental no puede aceptar que cada dos semanas un vídeo semejante acapare los informativos.

Además ambas partes conocen, y así lo dicen, que por cínico e inhumano e injusto que parezca, que en Occidente se soporta peor la decapitación trasmitida prácticamente on line de los periodistas James Foley y Steven Sotloff, que las imágenes de secuestros de mujeres o matanzas masivas causadas por los yihadistas del EI o de Boko Haram y que desde hace meses llegan puntualmente a las redacciones de los diarios y televisiones de todo el mundo desde Iraq o Nigeria.

Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), la facción de esta guerra que domina el Sahel y que por lo tanto afecta más a España y Catalunya, donde, como ha publicado este diario, viven camuflados cientos de sus fieles seguidores, tiene un departamento de comunicación cuyo nombre es ya una declaración de intenciones: Al Andalus. Y Al Andalus funciona y emite sus comunicados y juega su papel en el cobro de rescates de los secuestros que forman parte de la financiación de este grupo emergente de Al Qaeda, que junto a Boko Haram y a los combatientes del Estado islámico (EI) llevan, a día de hoy, el peso de su creciente yihad que, por cierto, cuenta con 4.000 combatientes procedentes de Europa, según datos facilitados por servicios de inteligencia en Bruselas.

Las decapitaciones de James Foley y Steven Sotloff por parte del EI tienen una secuencia y puesta en escena perfectamente estudiada que conduce a golpear el alma del norteamericano medio y de Occidente. De entrada, el mono naranja que visten las víctimas, que han logrado que sea del mismo tono de color que el que llevan los presos de Guantánamo y los reos del corredor de la muerte de las prisiones norteamericanas que tantas veces se han visto en el cine. De fondo, el desierto y el cielo y, sobre las víctimas a punto de morir, su verdugo, hablando en perfecto inglés para que no quede duda alguna de que “te conozco bien, enemigo”. Un verdugo que blandiendo un pequeño y afilado cuchillo destaca la indefensión del prisionero y la prepotencia del yihadista vestido de negro, como las huestes del EI y sus banderas, a semejanza de las SS del nacionalsocialismo, al que tanto admiran los islamistas radicales que niegan el Holocausto. Por esa razón desde la asociación del Movimiento contra la Intolerancia y otras instituciones europeas antinazi y antirracistas se califica al EI y al yihadismo de “nazislamico” o “islamofascista” y recuerdan que en 1943, en la filas del III Reich, hubo divisiones musulmanas de las SS a las que pasó revista el líder palestino de entonces, Amin al Husayni.

En estos vídeos se añade como elemento de tensión para acrecentar el terror el nombre de la siguiente víctima, ahora el rehén británico David Cawthorne Haines. Sobre este extremo cabe señalar que los servicios de inteligencia estudian la posibilidad de que los asesinatos se cometieran el mismo día, uno tras otro, supuesto aterrador ya que implica que Cawthorne ya estaría muerto. Por ahora es una hipótesis. Pero estas decapitaciones no son un hecho aislado. Al contrario, hay decenas a diario que durante unas horas se cuelgan en sus webs. Como una grabación de la semana pasada en la que se veía cómo la cabeza de la víctima desconocida acababa ensartada en un palo que mostraba alegre un niño como trofeo.

Fuente: La Vanguardia

Es la guerra santa, idiotas, Por Arturo Pérez Reverte

XLSemanal – 01/9/2014

Pinchos morunos y cerveza. A la sombra de la antigua muralla de Melilla, mi interlocutor -treinta años de cómplice amistad- se recuesta en la silla y sonríe, amargo. «No se dan cuenta, esos idiotas -dice-. Es una guerra, y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial, y no se dan cuenta». Mi amigo sabe de qué habla, pues desde hace mucho es soldado en esa guerra. Soldado anónimo, sin uniforme. De los que a menudo tuvieron que dormir con una pistola debajo de la almohada. «Es una guerra -insiste metiendo el bigote en la espuma de la cerveza-. Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo».

Mientras escucho, pienso en el enemigo. Y no necesito forzar la imaginación, pues durante parte de mi vida habité ese territorio. Costumbres, métodos, manera de ejercer la violencia. Todo me es familiar. Todo se repite, como se repite la Historia desde los tiempos de los turcos, Constantinopla y las Cruzadas. Incluso desde las Termópilas. Como se repitió en aquel Irán, donde los incautos de allí y los imbéciles de aquí aplaudían la caída del Sha y la llegada del libertador Jomeini y sus ayatollás. Como se repitió en el babeo indiscriminado ante las diversas primaveras árabes, que al final -sorpresa para los idiotas profesionales- resultaron ser preludios de muy negros inviernos. Inviernos que son de esperar, por otra parte, cuando las palabras libertad y democracia, conceptos occidentales que nuestra ignorancia nos hace creer exportables en frío, por las buenas, fiadas a la bondad del corazón humano, acaban siendo administradas por curas, imanes, sacerdotes o como queramos llamarlos, fanáticos con turbante o sin él, que tarde o temprano hacen verdad de nuevo, entre sus también fanáticos feligreses, lo que escribió el barón Holbach en el siglo XVIII: «Cuando los hombres creen no temer más que a su dios, no se detienen en general ante nada».

Porque es la Yihad, idiotas. Es la guerra santa. Lo sabe mi amigo en Melilla, lo sé yo en mi pequeña parcela de experiencia personal, lo sabe el que haya estado allí. Lo sabe quien haya leído Historia, o sea capaz de encarar los periódicos y la tele con lucidez. Lo sabe quien busque en Internet los miles de vídeos y fotografías de ejecuciones, de cabezas cortadas, de críos mostrando sonrientes a los degollados por sus padres, de mujeres y niños violados por infieles al Islam, de adúlteras lapidadas -cómo callan en eso las ultrafeministas, tan sensibles para otras chorradas-, de criminales cortando cuellos en vivo mientras gritan «Alá Ajbar» y docenas de espectadores lo graban con sus putos teléfonos móviles. Lo sabe quien lea las pancartas que un niño musulmán -no en Iraq, sino en Australia- exhibe con el texto: «Degollad a quien insulte al Profeta». Lo sabe quien vea la pancarta exhibida por un joven estudiante musulmán -no en Damasco, sino en Londres- donde advierte: «Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia».

A Occidente, a Europa, le costó siglos de sufrimiento alcanzar la libertad de la que hoy goza. Poder ser adúltera sin que te lapiden, o blasfemar sin que te quemen o que te cuelguen de una grúa. Ponerte falda corta sin que te llamen puta. Gozamos las ventajas de esa lucha, ganada tras muchos combates contra nuestros propios fanatismos, en la que demasiada gente buena perdió la vida: combates que Occidente libró cuando era joven y aún tenía fe. Pero ahora los jóvenes son otros: el niño de la pancarta, el cortador de cabezas, el fanático dispuesto a llevarse por delante a treinta infieles e ir al Paraíso. En términos históricos, ellos son los nuevos bárbaros. Europa, donde nació la libertad, es vieja, demagoga y cobarde; mientras que el Islam radical es joven, valiente, y tiene hambre, desesperación, y los cojones, ellos y ellas, muy puestos en su sitio. Dar mala imagen en Youtube les importa un rábano: al contrario, es otra arma en su guerra. Trabajan con su dios en una mano y el terror en la otra, para su propia clientela. Para un Islam que podría ser pacífico y liberal, que a menudo lo desea, pero que nunca puede lograrlo del todo, atrapado en sus propias contradicciones socioteológicas. Creer que eso se soluciona negociando o mirando a otra parte, es mucho más que una inmensa gilipollez. Es un suicidio. Vean Internet, insisto, y díganme qué diablos vamos a negociar. Y con quién. Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Roma. Porque -creo que lo escribí hace tiempo, aunque igual no fui yo- es contradictorio, peligroso, y hasta imposible, disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros.

RTVE iguala moralmente a Hamas e Israel – Por Israel.org

Agosto 30, 2014

por: Marcelo Wio Fuente: revistamo.org

idf-hamas

En un artículo del 27 de agosto de 2014, Radio Televisión Española (RTVE) hacía un recuento de las capacidades militares de Israel y Hamas para graficar la falta de correspondencia entre ambos potenciales. Pero, aparecía otra asimetría, la periodística: la omisión de datos y hechos – o su tergiversación – sumamente relevantes para comprender la realidad del conflicto y, en este caso, las consecuencias de la desigualdad de fuerzas y medios técnicos.

El texto aseguraba que:
“Las capacidades militares de la organización islamista han crecido, pero no ha logrado impedir la destrucción y el precio que ha pagado la población civil. El conflicto de Gaza sigue siendo asimétrico”.
¿Hamas incrementa sus “capacidades militares” para defender a su población?
No.
La asimetría también se encuentra en los métodos y en los fines. Pero de eso, no se habla. Así, el análisis, que termina siendo un mero recuento de capacidades y aptitudes, parte de una premisa equivocada: Hamas se arma para defender a su población; es decir, Hamas se equipara moralmente al Ejército de Defensa de Israel y al gobierno del Estado judío.
RTVE olvidaba mencionar, ni más ni menos, que fue Hamas quien atacó a la población civil israelí de manera indiscriminada, y que el grupo terrorista no buscaba, al armarse, “lograr impedir la destrucción” ni evitarle a su población civil “un elevado precio”. De hecho, su estrategia indica, más bien, todo lo contrario:
El 17 de julio, en un blog, ReVista señalaba que:
“El Universal de Venezuela publica el 17 de julio una nota que pasa inadvertida para la mayoría de la prensa de habla hispana, pero que aporta contexto en relación a las muertes de menores, la noticia se titula:
Hallan cohetes en una escuela de la ONU en Gaza
La información señala que “20 cohetes” fueron encontrados en una escuela de la ONU en Gaza”.
La página de Facebook del portavoz del Ministerio del Interior de Hamas, Iyad Al-Buzum, 12 de julio de 2014:
“El Ministerio del Interior y Seguridad Nacional [de Hamas] hace un llamamiento a nuestro honorable pueblo en todas partes de la Franja a que ignoren las advertencias [para desalojar las áreas cercanas a los sitios de lanzamiento antes de que Israel los bombardee] que están siendo diseminadas por la ocupación israelí a través de panfletos y mensajes de teléfono, ya que son parte de la guerra psicológica que pretende crear confusión en el frente doméstico [palestino], a la luz del fallo en la seguridad del enemigo [Israel] y su confusión y desconcierto”.
Representante de las Fuerzas Nacional Palestina e Islámica, Al-Aqsa TV, 14 de julio de 2014:
“Llamamos a nuestro pueblo palestino, en particular a los residentes del noroeste de Gaza, a que no obedezcan lo que está escrito en los panfletos distribuidos por el ejército israelí de ocupación. Los llamamos para que permanezcan en sus casas y que hagan caso omiso de las demandas de abandonar [las casas], por más seria que la amenaza pueda ser”.
Un día antes, en el mismo canal, el portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri:
‎‎”Hoy, la resistencia verdaderamente glorifica nuestra ‎pueblo y a nuestra nación. Es cierto que estamos ‎pagando un precio, pero recordamos a nuestros hermanos ‎en Argelia, donde se han producido al menos ‎un millón y medio de mártires (shahids). ‎ ¿Por qué no hablaron los argelinos, ‎o por qué no hablan ahora de cambiarla la ‎historia y decir que la sangre de los argelinos ‎fue abandonada? En 1945, 45.000 ‎argelinos murieron en un solo día, y ‎no se describió en la historia como que se estaba abandonado la sangre de los argelinos, como algunos derrotistas ‎están haciendo hoy, observando el número de mártires ‎, y describiéndolo como un ‘comercio con la ‎sangre palestina y abandonando ‎sangre palestina’… Hoy no estamos ‎llevando a nuestro pueblo a la matanza mientras miramos de pie, los estamos llevando a la muerte… [ ‎corrige él mismo]… me refiero a ‎confrontación”.
Durante una ceremonia de graduación de uno de los “campamentos juveniles” de Hamas en Gaza, que fue transmitida por el canal de televisión Al-Aqsa de Gaza el 16 de enero de 2014, uno de los líderes de Hamas, el Primer Ministro de Gaza, Ismail Haniya, advirtiendo:
“Vamos a seguir sus pasos [del Profeta]para educar a las generaciones futuras a amar la muerte en nombre de Alá tanto como nuestro enemigos aman la vida”.
Y, en febrero de 2008, Fathi Hammad declaraba (MEMRI) en el canal Al-Aqsa que:
“[Los enemigos de Alá] no saben que el pueblo palestino ha desarrollado sus [métodos] de muerte y de búsqueda-de-la-muerte. Para el pueblo palestino, la muerte se ha convertido en una industria en la cual, las mujeres sobresalen, de la misma manera que todos los que viven en esta tierra. Los ancianos sobresalen en ello, lo mismo que los mujahideen y los niños. Es por esto que hemos formado escudos humanos de mujeres, niños y ancianos y mujahidenes, para desafiar la máquina de bombardeo sionista. Es como si le estuviesen diciendo al enemigo sionista: ‘Deseamos la muerte como tú deseas la vida‘”.
El politólogo alemán Matthias Küntzel, en Jihad and Jew Hatred aseguraba:
“La Carta de Hamas dejaba en la sombra en todos los sentidos a la de la OLP: en tanto que el texto de esta última buscaba justificar la necesidad de la eliminación de Israel sin recurrir al antisemitismo abiertamente manifiesto, la Carta de Hamas ya no se restringe en este sentido. Aquí, la yihad contra Israel se presenta como el primer paso en la guerra de aniquilación judía. La Carta de Hamas es probablemente uno de los documentos programáticos del islamismo contemporáneo más importante, y su significación va más allá del conflicto palestino”.
¿Se puede hablar o analizar el potencial bélico del grupo terrorista Hamas sin tener en cuenta sus fines declarados?
La carta fundacional del grupo terrorista establece en su Introducción:
“Nuestra lucha contra los judíos es muy grande y muy seria”.
Y en su Preámbulo amenaza:
“Israel existirá y seguirá existiendo hasta que el islam lo aniquile, como antes aniquiló a otros.”
El artículo 15 reza:
“Es imperativo instalar en las mentes de las generaciones musulmanas que el problema palestino es un problema religioso, y que hay que acometerlo sobre esa base”.
Y, a todo esto, ¿dónde ubica Hamas las lanzaderas de cohetes, las entradas de los túneles, los centros de mando?
¿Se puede hablar de las “capacidades militares de Hamas” sin indicar el papel que juegan las infraestructuras civiles en dicha “capacidad” y en los objetivos del grupo terrorista?
El Dr. Louis René Beres, autor de numerosos libros y artículos sobre terrorismo y derecho internacional decía en un artículo publicado por el Gatestone Institute :
“El sufrimiento palestino sigue siendo el resultado directo de un liderazgo de Hamas criminal. ¿Por qué Hamás ubica sus armas en medio de casas, escuelas, hospitales y mezquitas en primer lugar?
[…]
Hamas, Yihad Islámica y grupos terroristas relacionados que operan desde Gaza… siempre parecen dar pasos calculados para garantizar que las represalias israelíes maten o hieran a los palestinos no combatientes. Dirigiendo a ancianos y niños pequeños a esas áreas en Gaza desde las que se lanzan intencionalmente cohetes letales contra los hogares, hospitales y escuelas israelíes, con el conocimiento de que los israelíes tendrán que responder contra los lugares desde donde se originó el ataque, los líderes palestinos violan abiertamente las restricciones más elementales de las leyes de guerra. Según el derecho internacional, ubicar a los civiles frente a uno como un escudo se especifica como un crimen”.
Por su parte, Alan Dershowitz, afamado jurista estadounidense y Frankfurter Professor de Derecho en la Harvard Law School, decía en su trabajo The Case for Moral Clarity:
“La táctica de Hamas de jugar a la ruleta rusa con las vidas de los niños israelíes mediante el disparo de miles de cohetes [más de 12.800 desde 2001] a un millón de israelíes, en tanto emplea escudos humanos con el fin de maximizar las víctimas fatales civiles palestinas, es pura maldad. La decisión israelí de responder a esta provocación ilegal e inmoral atacando a los terroristas y a sus arsenales es pura auto-defensa, autorizada por el derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas y los principios morales universalmente aceptados”.
Por otra parte, RTVE también omitía, al hablar de los túneles (como si se tratase de una herramienta militar más), mencionar que muchos de éstos conducían a las inmediaciones de poblados o ciudades israelíes. De hecho, según recogía el Gatestone Institute el 25 de julio de 2014:
“Al parecer, Hamas había estado preparando un asalto criminal sobre objetivos civiles israelíes para el próximos año nuevo judío, Rosh Hashaná, que comienza el 24 de septiembre, según fuentes anónimas en los servicios de seguridad israelíes, según informó hoy el diario israelí Maariv .
El plan de Hamas consistía en lo que debía ser una ataque por sorpresa en el cual 200 combatientes serían enviados través de cada uno de las decenas de túneles excavados por Hamas en la frontera de Gaza con Israel, y tomar kibutzim [kibutz: comunidad agrícola israelí) y otras comunidades, matando y secuestrando civiles israelíes”.
En un artículo publicado por el diario Jerusalem Post, Alan Dershowitz apuntaba que la razón por la que se podían anticipar las bajas civiles, así como la de miembros de Hamas y de soldados israelíes, se debe a que los túneles fueron deliberadamente emplazados por Hamas en áreas densamente pobladas, incluyendo mezquitas, escuelas y viviendas particulares.
A su vez, Dershowitz afirmaba que:
“Estos túneles no podían ser destruidos desde el aire sin causar un mayor número de bajas civiles que aquellas que las resultantes de un ataque terrestre. Es más, la única manera de asegurar su destrucción era que tropas en tierra fueran de túnel en túnel para volarlos uno a uno. Esto, inevitablemente, podía causar víctimas civiles. Si Hamas hubiese construido la entrada a los túneles en áreas abiertas de la Franja de Gaza, lejos de los centros urbanos más poblados, el número de bajas civiles se habría reducido considerablemente.
Hamas, por lo tanto, tomó la decisión calculada para poner al gobierno de Israel ante una difícil decisión: permitir al permanencia de los túneles y, por lo tanto, arriesgar la vida de miles de civiles israelíes; o enviar tropas de tierra a las zonas densamente pobladas para destruir los túneles y, por lo tanto, arriesgar la vida de los civiles palestinos y de los soldados israelíes”.
El resultado de artículo de RTVE, o idea a la que conduce, es la de dos fuerzas legítimas enfrentadas, desiguales en cuanto a sus capacidades, y que persiguen la defensa y seguridad de sus ciudadanos.
Esta idea es falaz. Hamas tiene un propósito muy claro para su armamento – y no es, precisamente la defensa de su población; que, por otra parte, no está bajo ataque.
Un análisis de capacidades no puede ignorar las diferentes realidades detrás del diseño y aprovisionamiento de pertrechos militares.
Así, RTVE termina por diseñar un contexto irreal que predispone al lector a arribar a conclusiones y opiniones preconcebidas: Israel es responsable de la situación actual en la Franja.

¿Infanticidio en Gaza? – PorIsrael.org

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agosto 30, 2014

por: Julián Schvindlerman Fuente: infobae.com

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Israel, escribe Mark Steel en The Independent horrorizado por las víctimas infantiles en Gaza, “es una comunidad de asesinos de niños”. La acusación contemporánea es descendiente directa de la infamia de los crímenes rituales que se atribuyó a los judíos durante la Edad Media, según los cuales éstos mataban niños cristianos, extraían su sangre y cocinaban con ella el pan leudado de la pascua hebrea. Grandes cantidades de judíos fueron en esas épocas perseguidos, expulsados y masacrados bajo la sombra de esta acusación infundada. Hoy cae sobre el estado judío el reciclaje moderno de similar injuria: los israelíes matan niños palestinos.

Nunca un judío asesinó a un chico cristiano para emplear su sangre como condimento culinario. Hoy, sin embargo, niños palestinos realmente han sido matados por bombas israelíes. The New York Times ha estimado que el 16% de las fatalidades en Gaza han sido menores de quince años. De modo que la preocupación con tales muertes es legítima. No obstante, la misma debiera extenderse a todas las guerras en las que inevitablemente chicos mueren en fuego cruzado. Muchos niños han muerto en otros conflictos, incluso en guerras que involucraron a Gran Bretaña. Tal como Ben Dror-Yemeni ha recordado en el diario israelí Yediot Aharonot, durante la invasión a Irak, las fuerzas aliadas (de las que Londres era parte) provocaron la muerte a cien mil personas de las cuales el 46% eran menores de quince años según la publicación progresista inglesa The Lancet. A pesar de que murieron en términos proporcionales y absolutos más niños iraquíes que palestinos en una situación de guerra y de que los guarismos son incomparables (46.000 menores iraquíes, 500 menores palestinos aproximadamente), ¿alguien ha acusado a Inglaterra de ser “una comunidad de asesinos de niños”? O por caso, ¿alguien ha tildado al propio Hamas de infanticida por haber ocasionado la muerte a 160 chicos palestinos durante la construcción de los túneles del terror, conforme publicó The Journal of Palestine Studies? ¿Alguien siquiera tomó nota de que 9.000 niños murieron en tres años de guerra civil en Siria?
La guerra en Gaza ha sido caótica y las estimaciones de bajas civiles han variado considerablemente. Según recopilaciones del académico norteamericano David Pollock, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha asegurado que el 72% de los muertos en Gaza fueron civiles, aunque advirtió que los datos podían ser imprecisos. El Centro Palestino para los Derechos Humanos ha ubicado el guarismo en el orden del 83% (curiosamente, durante la previa contienda del 2008/9 el CPDH puso casi idéntica cifra: 82%). Su definición de civil incorpora a combatientes que al momento de caer no estaban participando activamente en la confrontación. Es decir que si un terrorista murió mientras se tomaba un cafecito con su rifle descansando a su lado es considerado un civil. El ejército israelí dice que alrededor del 50% de las bajas fueron civiles y la agrupación de izquierda B´Tselem, usualmente muy crítica de las políticas de su país, ha puesto el número de civiles caídos en Gaza en el 40%. Al-Jazeera -que responde a los intereses de Qatar, país que respalda a Hamas- ha informado que el 28% de los caídos se encuentra en el rango etario de 20-29 años, indicador demográfico más probablemente asociado a combatientes. The New York Times ubicó en 34% de los caídos a hombres en dicho rango.
Las estimaciones relativas a bajas militares o civiles pueden ser inexactas al ser efectuadas en el calor de la guerra, pero quedaron confundidas en una deliberada política manipuladora del Hamas. A mediados de julio, el Ministerio del Interior de Gaza comunicó que “Cualquier muerto o martirizado será llamado un civil en Palestina… No olviden de añadir siempre ‘civil inocente’ o ‘ciudadano inocente’ en vuestra descripción de aquellos matados en los ataques israelíes en Gaza”. A comienzos de agosto la televisión de Hamas Al-Aqsa transmitió: “Incluso combatientes de la Jihad en el campo de batalla son realmente civiles palestinos… decimos ‘un coche civil’, ‘un objetivo civil’ y así sucesivamente, ya que no tenemos un ejército regular”. Un manual de Hamas hallado por tropas israelíes en el cuerpo de un terrorista abatido explicitaba: “El ejército israelí limita el uso del fuego contra centros de población civil. Se recomienda atacar desde allí; disparar desde dentro de los hogares de civiles está en el interés de Hamas, ya que intensifica el odio contra el ejército israelí”.
Quienes redactaron el manual pecaron de ingenuos. Forzar a los israelíes a matar civiles palestinos no fomentó odio sólo contra sus soldados, sino -como Mark Steel y The Independent han ilustrado- contra toda la nación.

http://opinion.infobae.com/julian-schvindlerman/2014/08/29/infanticidio-en-gaza/

Guía de un enterado para entender la historia más importante del Mundo.

Un antiguo corresponsal de Associated Press explica cómo y porque los reportajes periodísticos dan tan mala impresión de Israel, y porque importa.

Por Matti Friedman| 26 de Agosto, 2014


Una  corresponsal de TV reportando cerca de la frontera entre  Israel y Gaza, al comienzo de una tregua de 24 horas, el 27 de Julio de 2014. (Ilia Yefimovich/Getty Images)

La historia Israelí.
¿Hay algo más que decir acerca de Israel y Gaza? La prensa de este verano ha estado llena de poco más que de eso. Los televidentes ven montones de escombros y columnas de humo en su sueño. Un representativo artículo de un número reciente del New Yorker describía los eventos del verano, dedicando una frase cada uno de los horrores en Nigeria y Ucrania, cuatro líneas a los genocidas enloquecidos de ISIS, y el resto del artículo- 30 frases -a Israel y Gaza.

Cuando la histeria disminuya, creo que los acontecimientos en Gaza no serán recordados por el mundo como particularmente importantes. Muchas personas han muerto, en su mayoría palestinos, incluidos muchos inocentes desarmados. Me gustaría poder decir que la tragedia de su muerte o la de los soldados de Israel va a cambiar algo, que marcan un punto de inflexión. Pero no lo hará.

Este capítulo ni fue el primero en la historia de las guerras árabes contra Israel  ni será el último. La campaña israelí ha sido poco diferente en su ejecución de cualquier otra llevada a cabo por un ejército occidental contra un enemigo similar en los últimos años, a excepción de la naturaleza más inmediata de la amenaza a la propia población de un país y los enormes esfuerzos realizados, sin embargo inútiles, para evitar las muertes de civiles.

La importancia duradera de la guerra de este verano a mi entender no se encuentra en la guerra misma. Se encuentra más bien en la forma en que la guerra  ha sido descrita, cómo se ha respondido a ella desde el extranjero y la forma en que esto ha dejado al descubierto el resurgimiento de un viejo y retorcido patrón  de pensamiento, y su migración de lo marginal a la corriente principal del discurso occidental.

Hablamos del resurgimiento de la hostil obsesión por los judíos.

La clave para entender este fenómeno no se encuentra entre los webmasters yihadistas, otros teóricos de la conspiración encubierta, o activistas radicales. Se encuentra en cambio principalmente entre educados y respetables individuos que pueblan la industria de las noticias internacionales, muchos de ellos personas decentes,  algunos de ellos antiguos colegas míos.

Mientras que la manía mundial sobre las acciones israelíes ha llegado a darse por obvia en realidad no es más que el resultado de las decisiones tomadas por  seres humanos individuales que ocupan puestos de responsabilidad, en este caso concreto, periodistas y editores.

El mundo no está respondiendo a los acontecimientos en este país sino más bien a la descripción que hacen de estos eventos las agencias de noticias. La clave para entender la extraña naturaleza de una respuesta así debe encontrarse en el mismo ejercicio del periodismo y más en concreto, en las malas prácticas y la grave disfuncionalidad  que está ocurriendo en esta profesión, mi profesión, aquí en Israel. En este ensayo voy a tratar de proporcionar algunas herramientas para dar sentido a las noticias de Israel.

Adquirí estas herramientas desde adentro: Entre 2006 y finales de 2011 yo era reportero y editor en la oficina de Jerusalén de Associated Press, uno de los dos proveedores de noticias más grandes del mundo. He vivido en Israel desde 1995 y he estado informando sobre el país desde 1997.

Este ensayo no es un estudio exhaustivo de los pecados de los medios internacionales ni una polémica conservadora o una defensa de las políticas israelíes. (Soy un creyente en la importancia de los «principales» medios de comunicación, liberal y crítico de muchas de las políticas de mi país.) Ello implica necesariamente algunas generalizaciones.

Primero voy a esbozar los metáforas centrales de la historia de Israel, una historia acuñada en la  prensa internacional sobre la que hay sorprendentemente poca divergencia entre los relatos distribuidos por  los principales medios, y otro que, como la palabra «historia» sugiere, es una construcción narrativa  que en gran parte es solo ficción.

Señalaré luego en un contexto histórico más amplio porqué se ha llegado al cuestionamiento de Israel, y explicaré porqué creo que dicho cuestionamiento sea un motivo de preocupación no sólo para aquellos interesados por los asuntos judíos. Intentaré ser breve.

¿Qué importancia tiene la historia de Israel?

La dotación del personal asignado a una historia es la mejor medida de la importancia que tiene la misma para una agencia de noticias. Cuando yo era corresponsal en  AP, la agencia tenía más de 40 empleados que cubrían Israel y los territorios palestinos. Eso es mucho más personal del que AP tuvo en China, Rusia o India, o en todos los 50 países de África subsahariana combinados. Era más alto que el número total de empleados de recolección de noticias en todos los países en los que eventualmente estallaron los levantamientos de la primavera árabe.

Para ofrecer una idea de escala: Antes del estallido de la guerra civil en Siria, la presencia permanente de AP en ese país consistía en un solo corresponsal aprobado por el  régimen. Es decir, los editores del AP creían que la importancia de Siria era una 40ava parte de  la de Israel. No estoy particularmente criticando  a AP- la agencia actúa de modo totalmente estándar  lo que le justamente le da validez como ejemplo. Los grandes jugadores en el mundo del negocio de las noticias practican el pensamiento grupal, y estos arreglos de dotación de personal se reflejan en la manada.

La dotación de personal en Israel ha disminuido un poco desde que comenzaron las revueltas árabes, pero siguen siendo altas. Y cuando Israel se enciende como ha ocurrido este verano, los periodistas a menudo son trasladados  desde otros conflictos más mortíferos. Israel todavía supera a casi todo lo demás.

El volumen de la cobertura de prensa da como resultado que incluso cuando ocurre algo pequeño, se dé a este conflicto una relevancia desmesurada en relación a un coste humano real absurdamente pequeño.

En todo el 2013, por ejemplo, el conflicto palestino-israelí se cobró 42 vidas que es como decir más o menos la tasa de homicidios mensuales en la ciudad de Chicago. Jerusalén, reconocida internacionalmente como una ciudad de conflicto, tuvo un número de muertes violentas por habitante algo menor durante  el año pasado que Portland, Oregon, una de las ciudades más seguras de Estados Unidos.

Por el contrario, en tres años, el conflicto sirio ha cobrado unas 190.000 vidas, o alrededor de 70.000 más que el número de personas que han muerto en el conflicto árabe-israelí desde que comenzó hace un siglo.

No obstante las agencias de noticias han decidido que este conflicto es más importante que  por ejemplo, las más de 1.600 mujeres asesinadas en Pakistán el año pasado (271 después de haber sido violadas y 193 de ellos quemadas vivas), la supresión permanente del Tíbet por el Partido Comunista de China, la carnicería en el Congo (más de 5 millones de muertos a partir de 2012) o la República Centroafricana, y las guerras de la droga en México (número de muertos entre 2006 y 2012: 60.000), sin contar otros conflictos de los que nunca nadie ha oído hablar en oscuros rincones de India o Tailandia. Para las agencias de noticias, la de Israel es la historia más importante en la tierra, o muy cerca.

Lo que es importante de la historia de Israel, y lo que no.
Un periodista que trabaja en la prensa internacional aquí entiende rápidamente que lo que es importante en la historia de Israel-Palestina, es Israel. Si usted sigue la cobertura de la corriente principal, no se encuentra casi ningún análisis real de la sociedad palestina o las ideologías, los perfiles de los grupos armados palestinos, o investigaciones del gobierno palestino. Los palestinos no se toman a sí mismos en serio como agentes de su propio destino.

Occidente ha decidido que los palestinos deberían querer un estado al lado de Israel y esta opinión se les atribuye como un hecho, aunque cualquiera que ha pasado tiempo con los palestinos reales entiende que las cosas son (comprensiblemente, en mi opinión) más complicadas. Lo que son y lo que quieren no es importante: El mandato es que sean las víctimas pasivas de la historia, de la parte que sí importa.

La corrupción, por ejemplo, es una preocupación acuciante para muchos palestinos bajo el gobierno de la Autoridad Palestina, pero cuando otro reportero y yo sugerimos una vez un artículo sobre el tema se nos informó por el jefe de la oficina que la corrupción palestina «no era la historia. (La corrupción de Israel sí lo era y la cubrimos extensamente.

Las acciones israelíes son analizadas y criticadas y cada error en la sociedad israelí se difunde agresivamente. En un período de siete semanas, a partir de 8 noviembre al 16 diciembre 2011, decidí contar las historias que salen de nuestra oficina sobre las diversas fallas morales de la sociedad – la legislación propuesta israelí destinado a suprimir los medios de comunicación, la creciente influencia de Judíos ortodoxos, los asentamientos de avanzada no autorizados, la segregación de género, y así sucesivamente.

Conté 27 artículos separados, un promedio de una historia cada dos días. En una estimación muy conservadora, este conteo de siete semanas fue mayor que el número total de historias significativamente críticas sobre el gobierno y la sociedad palestina, incluidos los islamistas totalitarios de Hamas que nuestra oficina había publicado en los tres años precedentes.

La carta fundacional de Hamas, por ejemplo, no sólo pide la destrucción de Israel, sino el asesinato de Judíos, culpa a los Judíos de  ser los artífices  de las revoluciones francesa y rusa y las dos guerras mundiales; la carta nunca fue mencionado en la prensa cuando estaba en la AP, aunque Hamas ganó una elección nacional palestina y se convertía de ese modo en uno de los jugadores más importantes de la región.

Para establecer el vínculo con los acontecimientos de este verano: Un observador podría pensar que a decisión de Hamas en los últimos años de construir una infraestructura militar debajo de la infraestructura civil de Gaza sería considerado de alto  interés periodístico, aunque sólo sea por su significado en la forma en que el próximo conflicto se lucharía y el costo que representaría en vidas inocentes. Pero ese no fue el caso. Los emplazamientos de Hamas no eran importantes en sí mismos, y por lo tanto fueron ignorados. Lo que era importante era la decisión israelí de atacar.

Ha habido mucha discusión recientemente sobre el hecho que Hamas intenta intimidar a los periodistas. Cualquier veterano de la prensa aquí sabe que la intimidación es real; yo mismo lo viví como editor en la sección de noticias de AP. Durante los combates 2008-2009 en Gaza personalmente borré un detalle clave-que los combatientes de Hamas muertos eran vestidos de civil para ser contabilizados como víctimas civiles, debido a una amenaza a nuestro reportero en Gaza. (La política era entonces, y sigue siendo no informar a los lectores que la historia se censura a menos que sea censurada por los israelíes). A principios de este mes, el editor de noticias de Jerusalén de AP presentó un reportaje informando sobre las intimidaciones de Hamas. La historia fue sumida en un estado de  profunda congelación por sus superiores, para no ser publicada jamás.

Pero si los críticos imaginan que los periodistas están clamando para cubrir Hamas y están siendo obstaculizados por matones y amenazas, en general no es así. Hay muchas maneras de actuar con un  nivel bajo de riesgo para denunciar las acciones de Hamas, si la voluntad está ahí, como P.Ej citando fuentes de Israel, anónimamente, etc. Los reporteros son ingeniosos cuando quieren serlo.

El hecho que la intimidación de Hamas no venga al caso es debido a que la línea de información a seguir es que  las acciones de los palestinos no vienen al caso: La mayoría de los periodistas en Gaza creen que su trabajo consiste en documentar la violencia dirigida por Israel contra civiles palestinos. Esa es la esencia de la historia de Israel.

Además, los periodistas trabajan bajo presión y a menudo,  en situación de riesgo; muchos no hablan el idioma y sólo tienen  una muy tenue idea de lo que está ocurriendo. Ellos dependen de sus colegas y apañadores palestinos que o bien temen a Hamas, apoyan a Hamas o ambos. Los reporteros no necesitan ser forzados por Hamas para ahuyentarles de hechos que enturbien la sencilla historia que les han enviado a contar.

No es coincidencia que los pocos periodistas que han documentado a los combatientes de Hamas y los lanzamientos de cohetes en zonas civiles este verano por lo general no eran, como era de esperar, de importantes organizaciones de noticias con operaciones grandes y permanentes en Gaza. En su mayoría eran equipos rudimentarios y periféricos recién llegados, algunos Finlandeses, un equipo de la India, y unos pocos más. Estas pobres almas no deben de haber recibido el memo.

¿Qué más no es importante?

El hecho de que los israelíes hayan elegido recientemente gobernantes moderados que buscan la reconciliación con los palestinos -intentos que fueron socavados por los palestinos- se considera poco importante y rara vez se menciona. Estas lagunas a menudo no son descuidos, sino una cuestión de política.

A principios de 2009, por ejemplo, dos colegas míos obtuvieron información que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, había hecho una importante oferta de paz a la Autoridad Palestina varios meses antes, y que los palestinos la habían considerado insuficiente. Esto no había sido reportado aún y era -o debería haber sido una de las historias más grandes del año. Los reporteros obtuvieron confirmación de la historia de ambos lados y uno incluso vio un mapa, pero los más altos editores de la oficina decidieron no publicarla.

Algunos miembros del personal estaban furiosos, pero eso no ayudó. Nuestra narrativa era que los palestinos eran moderados y los israelíes recalcitrantes y cada vez más extremos. Tanto informar sobre la oferta de Olmert como ahondar demasiado en el tema de Hamas haría que la narrativa pareciera una tontería. Y así, se nos instruyó a ignorarlo,  lo que hicimos por más de un año y medio.

Esta decisión me enseñó una lección que debería quedar claro a los consumidores de la historia de Israel: Muchas de las personas que deciden lo que se va a leer y ver sobre lo que ocurre aquí  consideran que su papel no es tan narrativo como político. La cobertura es un arma para ser puesto a disposición de la parte que les gusta.

¿Cómo se enmarca la historia de Israel?
La historia de Israel está enmarcada en los mismos términos que han estado en uso desde la década de 1990 – la búsqueda de una «solución de dos estados.» Es un hecho aceptado que el conflicto es «entre israelíes y palestinos,» lo que significa que se trata de un conflicto que tiene lugar en un  terreno que Israel controla-que equivale al 0.2 por ciento del mundo árabe en  el que los  Judíos son una mayoría y los árabes una minoría.

El conflicto se describe con mayor precisión como «árabe-israelí», o «judío-árabe», es decir, un conflicto entre los 6 millones de judíos de Israel y los 300 millones de árabes en los países vecinos. (Tal vez «Israelí-musulmano» sería un término que definiría mejor el conflicto para tener en cuenta la enemistad de los estados no árabes como Irán y Turquía, y, más ampliamente, los mil millones de musulmanes en todo el mundo.)

Este es el conflicto que se ha estado jugando en diferentes formas desde hace ya de un siglo, antes de que Israel existiera, antes de que Israel capturase los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, y antes de que el término «Palestina» estuviera en uso.

Encuadrar el conflicto entre «israelíes y palestinos» permite que los judíos, una pequeña minoría en el Oriente Medio, sean representados como la parte más fuerte. También incluye la suposición implícita de que si el problema palestino se resuelve de alguna manera el conflicto habrá terminado, aunque ninguna persona informada hoy cree que esto sea cierto. Esta definición también permite que el proyecto de asentamientos israelíes -que creo que es un error moral y estratégico serio por parte de Israel no se describa  como lo que es, uno de los síntomas más destructivos del conflicto, sino más bien como su causa.

Un observador conocedor de Oriente Medio no puede evitar la impresión de que la región es un volcán y que la lava es el Islam radical, una ideología cuyas diferentes encarnaciones están actualmente  dando forma a esta parte del mundo. Israel es un pequeño pueblo en las faldas del volcán. Hamas es el representante local del Islam radical y se dedica abiertamente a la erradicación del enclave de la minoría judía en Israel, al igual que Hezbolá es el representante dominante del Islam radical en el Líbano, el Estado Islámico en Siria e Irak, los talibanes en Afganistán y Pakistán , y así sucesivamente.

Hamas no es, como lo admite libremente, parte en el esfuerzo de crear un Estado palestino al lado de Israel. Tiene otros objetivos, diferentes,  sobre los que es bastante abierta y que son similares a los de los grupos enumerados anteriormente. Desde mediados de 1990, más que cualquier otro actor, Hamas ha destruido la izquierda israelí, ha basculado a los israelíes moderados a oponerse a retiradas territoriales, y enterrado las posibilidades de un acuerdo de dos estados. Esta es una forma precisa de enmarcar la historia.

Un observador podría también enmarcar legítimamente la historia a través de la lente de las minorías en el Medio Oriente, todos los cuales están bajo intensa presión de Islam: Cuando las minorías están indefensas como acabamos de ver su destino es el de los yazidis o cristianos del norte de Irak, y cuando están armados y organizados pueden luchar y sobrevivir, como en el caso de los Judíos (esperemos) y los kurdos.

Hay, en otras palabras, muchas maneras diferentes para ver lo que está sucediendo aquí. Jerusalén está a menos de un día de viaje de Alepo o Bagdad, y debe quedar claro para todos que la paz es muy difícil de alcanzar en el Oriente Medio incluso en lugares en los que Judíos estén ausentes. Pero los periodistas por lo general no pueden ver la historia de Israel en relación con cualquier otra cosa. En lugar de describir a Israel como uno de los pueblos colindantes al volcán, describen a Israel como el volcán.

Al parecer la historia de Israel está enmarcada en algo que no tiene nada que ver con los eventos cercanos porque el «Israel» del periodismo internacional no existe en el mismo universo geopolítico que Irak, Siria o Egipto. La historia de Israel no es una historia sobre los acontecimientos reales. Se trata de algo más.

La Vieja Pantalla en Blanco
Durante siglos, los Judíos apátridas desempeñaron el papel de  pararrayos de la mala voluntad de las poblaciones mayoritarias. Eran el símbolo de las cosas que estaban mal. ¿Querías hacer ver que la codicia era mala? Los judíos eran codiciosos. ¿La cobardía? Los judíos eran cobardes. ¿Era usted un comunista? Los judíos eran capitalistas. ¿Era usted un capitalista? En ese caso, los judíos eran comunistas. El fracaso moral era el rasgo esencial del judío. Ese fue su papel en la tradición cristiana, la única razón por la cual la sociedad europea principalmente se preocupaba por ellos.

Al igual que muchos judíos que crecieron a finales del siglo 20 en ciudades amistosas de  occidente, descarté ideas tales como las memorias febriles de mis abuelos. Una cosa que he aprendido-y no estoy solo este verano-es que he sido tonto por haberlo hecho.

Hoy en día, la gente en Occidente tiende a creer que los males de la época son el racismo, el colonialismo y el militarismo. El único país judío del mundo ha hecho menos daño que la mayoría de los países de la tierra, y más bien -y sin embargo, cuando la gente iba en busca de un país que simbolizara los pecados de nuestro nuevo post-colonial, post-militarista, mundo soñado post-étnico, el país que eligieron fue éste.

Cuando los responsables de explicar el mundo al mundo, los periodistas cubren la guerra de los Judíos como más digna de atención que cualquier otra, cuando se retratan a los Judíos de Israel como el lado malo, cuando se omiten todas las justificaciones posibles para las acciones de los judíos mientras ocultan la verdadera cara de sus enemigos, lo que están diciendo a sus lectores-si tienen la intención o no-es que los Judíos son las peores personas en la tierra. Los Judíos son un símbolo de los males que la gente civilizada se les enseña desde una edad temprana a aborrecer. La cobertura de la prensa internacional se ha convertido en una obra de teatro sobre moralidad protagonizada por un villano familiar.

Algunos lectores pueden recordar que el Reino Unido participó en la invasión de Irak, como consecuencia de lo cual han muerto  más de tres veces el número de personas fallecidas en el conflicto árabe-israelí de 2003; sin embargo, en Gran Bretaña, los manifestantes condenan furiosamente el militarismo judío.

La gente blanca en Londres y París, cuyos padres no hace mucho tiempo eran abanicados   por gente de piel oscura en los salones de Rangún o Argel condenan el «colonialismo Judío.» Estadounidenses que viven en lugares llamados «Manhattan» o «Seattle» condenan  a los judíos por el desplazamiento de los nativos pueblo de Palestina. Periodistas rusos condenan las brutales tácticas militares de Israel. Periodistas belgas condenan el tratamiento de los africanos de Israel. Cuando Israel abrió un servicio de transporte para los trabajadores palestinos en la ocupada Cisjordania hace unos años, los lectores de noticias estadounidenses podían leer sobre «la segregación de los autobuses Israelíes.» Y hay un montón de personas en Europa, y no sólo en Alemania, que disfrutan oyendo que los judíos son acusados de genocidio.

Usted no necesita ser un profesor de historia o un psiquiatra, para entender lo que está pasando. Después de haberse rehabilitado a sí mismos de las considerables probabilidades en su contra  en un diminuto rincón de la tierra, los descendientes de las personas indefensas que fueron echados de Europa y del Medio Oriente islámico, se han convertido en lo que eran sus abuelos – la pila en la que el mundo escupe. Los Judíos de Israel son la pantalla en la que se ha convertido en algo socialmente aceptable proyectar las cosas que odias de ti mismo y de tu propio país. La herramienta con la que se ejecuta esta proyección psicológica es la prensa internacional.

¿A quién le importa si el mundo obtiene una historia incorrecta de Israel?

Debido a que hay abierta una brecha entre cómo son las cosas y la forma en que se describen, las opiniones son erróneas, las políticas equivocadas, y los observadores son con regularidad desagradablemente sorprendidos por los acontecimientos. Este tipo de cosas han ocurrido antes. En los años previos al colapso del comunismo soviético en 1991, como el experto en Rusia Leon Aron escribió en un ensayo de 2011 para la Política Exterior, «prácticamente ningún experto occidental, estudioso, funcionario o político previó el inminente colapso de la Unión Soviética.» el imperio se había estado  pudriendo durante años y las señales estaban allí, pero la gente que se suponía que lo veía y debía informar de ello falló, y cuando la superpotencia implosionó todo el mundo se quedó sorprendido.

Cualquiera sea el resultado en esta región en la próxima década, tendrá que ver tanto con Israel como la Segunda Guerra Mundial tuvo que ver con España.

Y allí estaba la guerra civil española: «Temprano en la vida me había dado cuenta que ningún evento es jamás reportado correctamente por un periódico, pero en España por primera vez, vi  informes de periódicos que no guardaban ninguna relación con los hechos, ni incluso la relación que está implícita en una mentira ordinaria. .Vi de hecho, la historia escrita no en los términos de lo que había sucedido, pero de lo que debería haber sucedido según diversas «líneas del partido. ‘» Eso fue escrito en 1942 por George Orwell.

Orwell no pasó de un avión en Cataluña a estar de pie junto a un cañón republicano filmándose a sí mismo mientras con confianza repetía lo que todo el mundo estaba diciendo, o a describir lo que cualquier tonto podía ver: armamento, escombros, cuerpos. Miró más allá de las fantasías y lo que comprendió era que se trataba de un choque de dos sistemas totalitarios, el alemán y el ruso. Sabía que estaba siendo testigo de una amenaza para la civilización europea y escribió eso, y tenía razón.

La comprensión de lo que ocurrió en Gaza este verano significa entender Hezbolá en el Líbano, el aumento de los yihadistas sunitas en Siria e Irak, y los largos tentáculos de Irán.

Requiere averiguar por qué países como Egipto y Arabia Saudita ahora ven a sí mismos como más cercanos a Israel que a Hamas. Sobre todo, nos obliga a entender lo que está claro para casi todo el mundo en el Medio Oriente: La fuerza ascendente en nuestra parte del mundo no es la democracia o la modernidad. Es más bien una cepa empoderada del Islam que asume diferentes y a veces contradictorias formas, y que está dispuesta a emplear la violencia extrema en un intento de unir a la región bajo su control y hacer frente a Occidente. Los que comprendan este hecho serán capaz de mirar a su alrededor y conectar los puntos.

Israel no es una idea, un símbolo del bien o el mal, o una prueba de acidez para la opinión liberal en las cenas. Es un país pequeño en una parte del mundo que da miedo y que está dando cada vez más miedo. Se debe informar tan críticamente como en cualquier otro lugar, y la información debe entenderse en su contexto y proporción.

Israel no es una de las historias más importantes del mundo, ni incluso del Medio Oriente; cualquiera sea el resultado en esta región en la próxima década, tendrá que ver tanto con Israel como la Segunda Guerra Mundial tuvo que ver con España. Israel es una mota en el mapa- un espectáculo colateral que pasa por llevar una carga emocional inusual.

Muchos en Occidente prefieren claramente el viejo confort de analizar las fallas morales de los judíos y la sensación familiar de superioridad que esto les proporciona, a enfrentar una realidad confusa y poco feliz. Ellos pueden convencerse de que todo esto es «un problema de los judíos, y que de hecho, los judíos tienen la culpa. Pero los periodistas se dedican a estas fantasías a costa de su credibilidad y la de su profesión. Y como Orwell nos diría, el mundo se entretiene con fantasías, por su propia cuenta y riesgo.

 

Isis, Al – Nusra y Hamas. Relaciones

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Uno de los fenómenos sobre los que solo recientemente se dio opinión es la ferviente relación entre el movimiento de Hamas y los movimientos terroristas islámicos que levantaron cabeza en el Levante y entre ellos, ISIS y al-Nusra.
A fin de comprender esa relación cabe distinguir entre esos dos movimientos terroristas islámicos. La principal diferencia surge de los acontecimientos en el ámbito de al-Qaeda, a partir del asesinato de Bin Laden, a manos de una unidad del ejército norteamericano. Hasta esa eliminación, había un equilibro en al-Qaeda, entre los salafitas (de la Península Arábiga), y la congregación islámica de Los Hermanos Musulmanes (con base en Egipto). Mientras Bin Laden representaba a los salafitas wahabitas, su secretario Iman Zawahiri, representaba el brazo armado de Los Hermanos Musulmanes. Tras la eliminación de Bin Laden, se quebró ese equilibrio y la corriente wahabita no aceptó el liderazgo de Zawahiri, por su carácter de hombre de Los Hermanos Musulmanes.
Al-Nusra, es una organización terrorista de Los Hermanos Musulmanes que mantiene un estrecho vínculo con el sector de atentados en el exterior, encabezado por Khaled Meshal. Más aún, al-Nusra, en el campo de refugiados de Yarmouk, eran los custodios de Khaled Meshal, graduados de Afganistán. Siria sospecha, y con bastante razón, que las primeras células de al-Nusra, fueron sembradas por Meshal en el campo, cuando aún era protegido por Siria y residía en Damasco.
El hombre de contacto entre al-Nusra y el gobierno de Turquía, fue el comandante de Hamat en la primera rebelión, en tiempos del Presidente Assad padre, Farouk Tayfour, mientras su despacho estaba y, quizás, continúa estando en Estambul.
Al-Nusra, es el sector armado de Los Hermanos Musulmanes bajo la conducción espiritual del Iman Zawahiri y Hamas es parte inseparable de ese sistema militar. Hamas participó de la creación de al-Nusra, siendo algunas organizaciones islámicas productos de su mano, y son solo diferentes nombres de lo mismo.
Esas organizaciones son: “aknaf Beit al-Quds” y “Las Brigadas de Abdullah Azzam”. Khaled Meshal las preside.
“La política del Islam de Siria e Irak”, conducida por Abu Bakr al-Baghdadi, conocido por el nombre de ISIS, es expresión de los salafitas de no aceptar la conducción de Iman Zawahiri y la declaración de los califatos encabezados por Baghdadi, es de hecho, anuncio de desconexión de al-Qaeda, que se transformó en la incomodidad de Los Hermanos Musulmanes.
Entre ISIS y al-Nusra hubo verdaderas batallas pero, en la reciente batalla por el municipio de Arzel, al norte de Líbano, combatieron los hombre de ISIS, mano a mano contra los hombres del ejército de Líbano y Hezbollah.
Hamas, propiamente, se divide por las mismas líneas de quiebre. Mientras Meshal es parte integral de al-Nusra, Mohamed Def, es (fue) parte integral de Irán y aliado de Siria –el régimen de Assad y Hezbollah. De aquí que, mientras Meshal es parte del sistema de Qatar y Turquía, Def es parte del sistema de Irán y Siria.
En famosos reductos palestinos se escucha que la conversación telefónica desde Qatar detectó el lugar de ubicación de Def para la inteligencia israelí, aunque sea imposible saber si se trata información certera –pero, en la base política, se sostiene en la amarga enemistad entre Qatar y Def.
La historia de ISIS es aún más compleja. Desde ya es posible ver que toda la linda teoría de los seguidores del “Islam político”, incluido el gobierno del Presidente Obama, no tiene en qué sostenerse. Ellos pretenden hallar diferencias entre Los Hermanos Musulmanes “políticos” y al-Qaeda, (a la que se negaron a definir como terroristas) pero, parece, que la distinción académica en las acondicionadas salas de “conferencias” de Londres y Washington, no son vigentes en la transpirada realidad del Medio Oriente, emplazado sobre arenas movedizas.

agosto 27, 2014, Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs

 

Porque se malinterpreta a Israel ?? Por un periodista que ha estado en el terreno

A Former AP Correspondent Explains How and Why His Colleagues Get Israel So Wrong – Tablet Magazine

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An Insider’s Guide to the Most Important Story on Earth

A former AP correspondent explains how and why reporters get Israel so wrong, and why it matters

A TV reporter does a stand-up near the Israeli/Gaza border as a 24-hour ceasefire begins on July 27, 2014. (Ilia Yefimovich/Getty Images)

 

The Israel Story

Is there anything left to say about Israel and Gaza? Newspapers this summer have been full of little else. Television viewers see heaps of rubble and plumes of smoke in their sleep. A representative article from a recent issue of The New Yorker described the summer’s events by dedicating one sentence each to the horrors in Nigeria and Ukraine, four sentences to the crazed génocidaires of ISIS, and the rest of the article—30 sentences—to Israel and Gaza.

When the hysteria abates, I believe the events in Gaza will not be remembered by the world as particularly important. People were killed, most of them Palestinians, including many unarmed innocents. I wish I could say the tragedy of their deaths, or the deaths of Israel’s soldiers, will change something, that they mark a turning point. But they don’t. This round was not the first in the Arab wars with Israel and will not be the last. The Israeli campaign was little different in its execution from any other waged by a Western army against a similar enemy in recent years, except for the more immediate nature of the threat to a country’s own population, and the greater exertions, however futile, to avoid civilian deaths.

The lasting importance of this summer’s war, I believe, doesn’t lie in the war itself. It lies instead in the way the war has been described and responded to abroad, and the way this has laid bare the resurgence of an old, twisted pattern of thought and its migration from the margins to the mainstream of Western discourse—namely, a hostile obsession with Jews. The key to understanding this resurgence is not to be found among jihadi webmasters, basement conspiracy theorists, or radical activists. It is instead to be found first among the educated and respectable people who populate the international news industry; decent people, many of them, and some of them my former colleagues.

While global mania about Israeli actions has come to be taken for granted, it is actually the result of decisions made by individual human beings in positions of responsibility—in this case, journalists and editors. The world is not responding to events in this country, but rather to the description of these events by news organizations. The key to understanding the strange nature of the response is thus to be found in the practice of journalism, and specifically in a severe malfunction that is occurring in that profession—my profession—here in Israel.

In this essay I will try to provide a few tools to make sense of the news from Israel. I acquired these tools as an insider: Between 2006 and the end of 2011 I was a reporter and editor in the Jerusalem bureau of the Associated Press, one of the world’s two biggest news providers. I have lived in Israel since 1995 and have been reporting on it since 1997.

This essay is not an exhaustive survey of the sins of the international media, a conservative polemic, or a defense of Israeli policies. (I am a believer in the importance of the “mainstream” media, a liberal, and a critic of many of my country’s policies.) It necessarily involves some generalizations. I will first outline the central tropes of the international media’s Israel story—a story on which there is surprisingly little variation among mainstream outlets, and one which is, as the word “story” suggests, a narrative construct that is largely fiction. I will then note the broader historical context of the way Israel has come to be discussed and explain why I believe it to be a matter of concern not only for people preoccupied with Jewish affairs. I will try to keep it brief.

How Important Is the Israel Story?

Staffing is the best measure of the importance of a story to a particular news organization. When I was a correspondent at the AP, the agency had more than 40 staffers covering Israel and the Palestinian territories. That was significantly more news staff than the AP had in China, Russia, or India, or in all of the 50 countries of sub-Saharan Africa combined. It was higher than the total number of news-gathering employees in all the countries where the uprisings of the “Arab Spring” eventually erupted.

To offer a sense of scale: Before the outbreak of the civil war in Syria, the permanent AP presence in that country consisted of a single regime-approved stringer. The AP’s editors believed, that is, that Syria’s importance was less than one-40th that of Israel. I don’t mean to pick on the AP—the agency is wholly average, which makes it useful as an example. The big players in the news business practice groupthink, and these staffing arrangements were reflected across the herd. Staffing levels in Israel have decreased somewhat since the Arab uprisings began, but remain high. And when Israel flares up, as it did this summer, reporters are often moved from deadlier conflicts. Israel still trumps nearly everything else.

The volume of press coverage that results, even when little is going on, gives this conflict a prominence compared to which its actual human toll is absurdly small. In all of 2013, for example, the Israeli-Palestinian conflict claimed 42 lives—that is, roughly the monthly homicide rate in the city of Chicago. Jerusalem, internationally renowned as a city of conflict, had slightly fewer violent deaths per capita last year than Portland, Ore., one of America’s safer cities. In contrast, in three years the Syrian conflict has claimed an estimated 190,000 lives, or about 70,000 more than the number of people who have ever died in the Arab-Israeli conflict since it began a century ago.

News organizations have nonetheless decided that this conflict is more important than, for example, the more than 1,600 women murdered in Pakistan last year (271 after being raped and 193 of them burned alive), the ongoing erasure of Tibet by the Chinese Communist Party, the carnage in Congo (more than 5 million dead as of 2012) or the Central African Republic, and the drug wars in Mexico (death toll between 2006 and 2012: 60,000), let alone conflicts no one has ever heard of in obscure corners of India or Thailand. They believe Israel to be the most important story on earth, or very close.

What Is Important About the Israel Story, and What Is Not

A reporter working in the international press corps here understands quickly that what is important in the Israel-Palestinian story is Israel. If you follow mainstream coverage, you will find nearly no real analysis of Palestinian society or ideologies, profiles of armed Palestinian groups, or investigation of Palestinian government. Palestinians are not taken seriously as agents of their own fate. The West has decided that Palestinians should want a state alongside Israel, so that opinion is attributed to them as fact, though anyone who has spent time with actual Palestinians understands that things are (understandably, in my opinion) more complicated. Who they are and what they want is not important: The story mandates that they exist as passive victims of the party that matters.

Corruption, for example, is a pressing concern for many Palestinians under the rule of the Palestinian Authority, but when I and another reporter once suggested an article on the subject, we were informed by the bureau chief that Palestinian corruption was “not the story.” (Israeli corruption was, and we covered it at length.)

Israeli actions are analyzed and criticized, and every flaw in Israeli society is aggressively reported. In one seven-week period, from Nov. 8 to Dec. 16, 2011, I decided to count the stories coming out of our bureau on the various moral failings of Israeli society—proposed legislation meant to suppress the media, the rising influence of Orthodox Jews, unauthorized settlement outposts, gender segregation, and so forth. I counted 27 separate articles, an average of a story every two days. In a very conservative estimate, this seven-week tally was higher than the total number of significantly critical stories about Palestinian government and society, including the totalitarian Islamists of Hamas, that our bureau had published in the preceding three years.

The Hamas charter, for example, calls not just for Israel’s destruction but for the murder of Jews and blames Jews for engineering the French and Russian revolutions and both world wars; the charter was never mentioned in print when I was at the AP, though Hamas won a Palestinian national election and had become one of the region’s most important players. To draw the link with this summer’s events: An observer might think Hamas’ decision in recent years to construct a military infrastructure beneath Gaza’s civilian infrastructure would be deemed newsworthy, if only because of what it meant about the way the next conflict would be fought and the cost to innocent people. But that is not the case. The Hamas emplacements were not important in themselves, and were therefore ignored. What was important was the Israeli decision to attack them.

There has been much discussion recently of Hamas attempts to intimidate reporters. Any veteran of the press corps here knows the intimidation is real, and I saw it in action myself as an editor on the AP news desk. During the 2008-2009 Gaza fighting I personally erased a key detail—that Hamas fighters were dressed as civilians and being counted as civilians in the death toll—because of a threat to our reporter in Gaza. (The policy was then, and remains, not to inform readers that the story is censored unless the censorship is Israeli. Earlier this month, the AP’s Jerusalem news editor reported and submitted a story on Hamas intimidation; the story was shunted into deep freeze by his superiors and has not been published.)

But if critics imagine that journalists are clamoring to cover Hamas and are stymied by thugs and threats, it is generally not so. There are many low-risk ways to report Hamas actions, if the will is there: under bylines from Israel, under no byline, by citing Israeli sources. Reporters are resourceful when they want to be.

The fact is that Hamas intimidation is largely beside the point because the actions of Palestinians are beside the point: Most reporters in Gaza believe their job is to document violence directed by Israel at Palestinian civilians. That is the essence of the Israel story. In addition, reporters are under deadline and often at risk, and many don’t speak the language and have only the most tenuous grip on what is going on. They are dependent on Palestinian colleagues and fixers who either fear Hamas, support Hamas, or both. Reporters don’t need Hamas enforcers to shoo them away from facts that muddy the simple story they have been sent to tell.

It is not coincidence that the few journalists who have documented Hamas fighters and rocket launches in civilian areas this summer were generally not, as you might expect, from the large news organizations with big and permanent Gaza operations. They were mostly scrappy, peripheral, and newly arrived players—a Finn, an Indian crew, a few others. These poor souls didn’t get the memo.

What Else Isn’t Important?

The fact that Israelis quite recently elected moderate governments that sought reconciliation with the Palestinians, and which were undermined by the Palestinians, is considered unimportant and rarely mentioned. These lacunae are often not oversights but a matter of policy. In early 2009, for example, two colleagues of mine obtained information that Israeli Prime Minister Ehud Olmert had made a significant peace offer to the Palestinian Authority several months earlier, and that the Palestinians had deemed it insufficient. This had not been reported yet and it was—or should have been—one of the biggest stories of the year. The reporters obtained confirmation from both sides and one even saw a map, but the top editors at the bureau decided that they would not publish the story.

Some staffers were furious, but it didn’t help. Our narrative was that the Palestinians were moderate and the Israelis recalcitrant and increasingly extreme. Reporting the Olmert offer—like delving too deeply into the subject of Hamas—would make that narrative look like nonsense. And so we were instructed to ignore it, and did, for more than a year and a half.

This decision taught me a lesson that should be clear to consumers of the Israel story: Many of the people deciding what you will read and see from here view their role not as explanatory but as political. Coverage is a weapon to be placed at the disposal of the side they like.

How Is the Israel Story Framed?

The Israel story is framed in the same terms that have been in use since the early 1990s—the quest for a “two-state solution.” It is accepted that the conflict is “Israeli-Palestinian,” meaning that it is a conflict taking place on land that Israel controls—0.2 percent of the Arab world—in which Jews are a majority and Arabs a minority. The conflict is more accurately described as “Israel-Arab,” or “Jewish-Arab”—that is, a conflict between the 6 million Jews of Israel and 300 million Arabs in surrounding countries. (Perhaps “Israel-Muslim” would be more accurate, to take into account the enmity of non-Arab states like Iran and Turkey, and, more broadly, 1 billion Muslims worldwide.) This is the conflict that has been playing out in different forms for a century, before Israel existed, before Israel captured the Palestinian territories of Gaza and the West Bank, and before the term “Palestinian” was in use.

The “Israeli-Palestinian” framing allows the Jews, a tiny minority in the Middle East, to be depicted as the stronger party. It also includes the implicit assumption that if the Palestinian problem is somehow solved the conflict will be over, though no informed person today believes this to be true. This definition also allows the Israeli settlement project, which I believe is a serious moral and strategic error on Israel’s part, to be described not as what it is—one more destructive symptom of the conflict—but rather as its cause.

A knowledgeable observer of the Middle East cannot avoid the impression that the region is a volcano and that the lava is radical Islam, an ideology whose various incarnations are now shaping this part of the world. Israel is a tiny village on the slopes of the volcano. Hamas is the local representative of radical Islam and is openly dedicated to the eradication of the Jewish minority enclave in Israel, just as Hezbollah is the dominant representative of radical Islam in Lebanon, the Islamic State in Syria and Iraq, the Taliban in Afghanistan and Pakistan, and so forth.

Hamas is not, as it freely admits, party to the effort to create a Palestinian state alongside Israel. It has different goals about which it is quite open and that are similar to those of the groups listed above. Since the mid 1990s, more than any other player, Hamas has destroyed the Israeli left, swayed moderate Israelis against territorial withdrawals, and buried the chances of a two-state compromise. That’s one accurate way to frame the story.

An observer might also legitimately frame the story through the lens of minorities in the Middle East, all of which are under intense pressure from Islam: When minorities are helpless, their fate is that of the Yazidis or Christians of northern Iraq, as we have just seen, and when they are armed and organized they can fight back and survive, as in the case of the Jews and (we must hope) the Kurds.

There are, in other words, many different ways to see what is happening here. Jerusalem is less than a day’s drive from Aleppo or Baghdad, and it should be clear to everyone that peace is pretty elusive in the Middle East even in places where Jews are absent. But reporters generally cannot see the Israel story in relation to anything else. Instead of describing Israel as one of the villages abutting the volcano, they describe Israel as the volcano.

The Israel story is framed to seem as if it has nothing to do with events nearby because the “Israel” of international journalism does not exist in the same geo-political universe as Iraq, Syria, or Egypt. The Israel story is not a story about current events. It is about something else.

The Old Blank Screen

For centuries, stateless Jews played the role of a lightning rod for ill will among the majority population. They were a symbol of things that were wrong. Did you want to make the point that greed was bad? Jews were greedy. Cowardice? Jews were cowardly. Were you a Communist? Jews were capitalists. Were you a capitalist? In that case, Jews were Communists. Moral failure was the essential trait of the Jew. It was their role in Christian tradition—the only reason European society knew or cared about them in the first place.

Like many Jews who grew up late in the 20th century in friendly Western cities, I dismissed such ideas as the feverish memories of my grandparents. One thing I have learned—and I’m not alone this summer—is that I was foolish to have done so. Today, people in the West tend to believe the ills of the age are racism, colonialism, and militarism. The world’s only Jewish country has done less harm than most countries on earth, and more good—and yet when people went looking for a country that would symbolize the sins of our new post-colonial, post-militaristic, post-ethnic dream-world, the country they chose was this one.

When the people responsible for explaining the world to the world, journalists, cover the Jews’ war as more worthy of attention than any other, when they portray the Jews of Israel as the party obviously in the wrong, when they omit all possible justifications for the Jews’ actions and obscure the true face of their enemies, what they are saying to their readers—whether they intend to or not—is that Jews are the worst people on earth. The Jews are a symbol of the evils that civilized people are taught from an early age to abhor. International press coverage has become a morality play starring a familiar villain.

Some readers might remember that Britain participated in the 2003 invasion of Iraq, the fallout from which has now killed more than three times the number of people ever killed in the Israel-Arab conflict; yet in Britain, protesters furiously condemn Jewish militarism. White people in London and Paris whose parents not long ago had themselves fanned by dark people in the sitting rooms of Rangoon or Algiers condemn Jewish “colonialism.” Americans who live in places called “Manhattan” or “Seattle” condemn Jews for displacing the native people of Palestine. Russian reporters condemn Israel’s brutal military tactics. Belgian reporters condemn Israel’s treatment of Africans. When Israel opened a transportation service for Palestinian workers in the occupied West Bank a few years ago, American news consumers could read about Israel “segregating buses.” And there are a lot of people in Europe, and not just in Germany, who enjoy hearing the Jews accused of genocide.

You don’t need to be a history professor, or a psychiatrist, to understand what’s going on. Having rehabilitated themselves against considerable odds in a minute corner of the earth, the descendants of powerless people who were pushed out of Europe and the Islamic Middle East have become what their grandparents were—the pool into which the world spits. The Jews of Israel are the screen onto which it has become socially acceptable to project the things you hate about yourself and your own country. The tool through which this psychological projection is executed is the international press.

Who Cares If the World Gets the Israel Story Wrong?

Because a gap has opened here between the way things are and the way they are described, opinions are wrong and policies are wrong, and observers are regularly blindsided by events. Such things have happened before. In the years leading to the breakdown of Soviet Communism in 1991, as the Russia expert Leon Aron wrote in a 2011 essay for Foreign Policy, “virtually no Western expert, scholar, official, or politician foresaw the impending collapse of the Soviet Union.” The empire had been rotting for years and the signs were there, but the people who were supposed to be seeing and reporting them failed and when the superpower imploded everyone was surprised.

Whatever the outcome in this region in the next decade, it will have as much to do with Israel as World War II had to do with Spain

And there was the Spanish civil war: “Early in life I had noticed that no event is ever correctly reported in a newspaper, but in Spain, for the first time, I saw newspaper reports which do not bear any relation to the facts, not even the relationship which is implied in an ordinary lie. … I saw, in fact, history being written not in terms of what had happened but of what ought to have happened according to various ‘party lines.’ ” That was George Orwell, writing in 1942.

Orwell did not step off an airplane in Catalonia, stand next to a Republican cannon, and have himself filmed while confidently repeating what everyone else was saying or describing what any fool could see: weaponry, rubble, bodies. He looked beyond the ideological fantasies of his peers and knew that what was important was not necessarily visible. Spain, he understood, was not really about Spain at all—it was about a clash of totalitarian systems, German and Russian. He knew he was witnessing a threat to European civilization, and he wrote that, and he was right.

Understanding what happened in Gaza this summer means understanding Hezbollah in Lebanon, the rise of the Sunni jihadis in Syria and Iraq, and the long tentacles of Iran. It requires figuring out why countries like Egypt and Saudi Arabia now see themselves as closer to Israel than to Hamas. Above all, it requires us to understand what is clear to nearly everyone in the Middle East: The ascendant force in our part of the world is not democracy or modernity. It is rather an empowered strain of Islam that assumes different and sometimes conflicting forms, and that is willing to employ extreme violence in a quest to unite the region under its control and confront the West. Those who grasp this fact will be able to look around and connect the dots.

Israel is not an idea, a symbol of good or evil, or a litmus test for liberal opinion at dinner parties. It is a small country in a scary part of the world that is getting scarier. It should be reported as critically as any other place, and understood in context and in proportion. Israel is not one of the most important stories in the world, or even in the Middle East; whatever the outcome in this region in the next decade, it will have as much to do with Israel as World War II had to do with Spain. Israel is a speck on the map—a sideshow that happens to carry an unusual emotional charge.

Many in the West clearly prefer the old comfort of parsing the moral failings of Jews, and the familiar feeling of superiority this brings them, to confronting an unhappy and confusing reality. They may convince themselves that all of this is the Jews’ problem, and indeed the Jews’ fault. But journalists engage in these fantasies at the cost of their credibility and that of their profession. And, as Orwell would tell us, the world entertains fantasies at its peril.

Jehan Berman

Jehan Berman immigrated to Israel from Belgium and now lives on Israel’s border with Gaza. Two days ago, during the birthday celebrations of his 3-year-old son at the local kindergarten, a mortar shell fired from Gaza landed just outside. Unable to make it to the bomb shelter, Jehan protected his wife and child with his body as the rocket fell and was wounded by shrapnel, which embedded itself into his back.

«I realized that I’d been struck and the first thing that I thought of was my son and wife. She stood up and I saw that there was no blood on her and that everything was okay. I remember my son and the look on his face the moment he heard the explosion, and I said ‘okay, everything else doesn’t matter.'»

Jehan and his family are only a small part of the tens of thousands of civilians who live in Gaza’s vicinity under the constant threat of Gaza’s rockets. We do all we can to restore calm to their lives.

El manifiesto asesino de Hamás

Se ha hablado mucho sobre el llamamiento de la Carta fundacional de Hamás a la destrucción de Israel y, en opinión de algunos, la necesidad de que Hamás renuncie a dicho objetivo como condición suficiente para que se le otorgue legitimidad internacional, ayuda económica y reconocimiento diplomático. Sin embargo, un examen de la Carta (disponible en la página web http://www.palestinecenter.org/cpap/documents/charter.html) revela que Hamás, también conocido como Movimiento de Resistencia Islámica, no tiene como único propósito (por equivocado o mortífero que sea) la destrucción de Israel, sino que se rige por una actitud nazi y genocida respecto a los judíos en general.

No sería extraño que un autodenominado movimiento palestino de liberación hablara de Israel en términos poco elogiosos, e incluso (si le concedemos licencia para exagerar un poco) cargados de veneno. Pero la Carta de Hamás, en sus 9.000 palabras, utiliza un tono nazi y maniqueo para enfrentar a judíos, israelíes y sionistas (que aparecen de forma bastante intercambiable en el documento), no sólo con los palestinos, sino con el islam, que, para Hamás, es sinónimo de todo lo bueno. «Israel, al ser judío y tener una población judía, desafía al islam y los musulmanes» (artículo 28). Esta afirmación, pese a ser asombrosa, no es sorprendente, dado que Hamás considera a los judíos e Israel como un mal cósmico. Con un estilo sacado casi directamente de los manuales nazis, Hamás asegura que el sionismo «no duda en emprender ninguna vía ni utilizar cualquier medio despreciable y repulsivo para hacer realidad sus deseos». ¿Y cuáles son esos deseos? «Acabar con las sociedades, destruir los valores, disolver la responsabilidad, hacer vacilar las virtudes y eliminar el islam. Apoya la distribución de drogas y sustancias tóxicas de todo tipo con el fin de facilitar su dominio y su expansión» (artículo 28).

Hamás cree que los judíos no sólo tienen unos deseos increíblemente malignos, sino que -a diferencia de otros- además son enormemente poderosos y capaces de obtener sus deseos. En un delirante fragmento antisemita que recuerda a los ideólogos nazis más extremistas, la Carta afirma que los judíos han acumulado una riqueza que les ha permitido «hacerse con el control de los medios de comunicación mundiales, tales como agencias de noticias, prensa, editoriales, emisoras de radio y otros semejantes. [Asimismo han utilizado] esta riqueza para fomentar revoluciones en varias partes del mundo, para beneficiar sus intereses y recoger los frutos. Apoyaron las revoluciones francesa y comunista, y han apoyado la mayoría de las revoluciones de las que oímos hablar» (artículo 22).

Después de esta fantasía tan enloquecida (entre las organizaciones clandestinas presuntamente usadas por los judíos para apoderarse del mundo, el documento destaca los clubes de los Rotarios), la Carta de Hamás describe el poder y la maldad de los judíos en términos más siniestros: los judíos «usaron el dinero para hacerse con el control de los Estados imperialistas y les obligaron a colonizar muchos países con el fin de explotar sus riquezas y extender en ellos su corrupción. En cuanto a las guerras locales y mundiales, es una realidad -y nadie lo niega- que estuvieron detrás de la Primera Guerra Mundial, para acabar con el califato islámico. Recogieron los beneficios materiales y se adueñaron de muchas fuentes de riqueza. Lograron la Declaración Balfour y crearon la Liga de Naciones para gobernar el mundo a través de ella. También estuvieron detrás de la Segunda Guerra Mundial, que les permitió recolectar inmensos beneficios del comercio de materiales de guerra y prepararse para la creación de su Estado. Inspiraron el establecimiento de Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad para sustituir a la Liga de Naciones como forma de gobernar el mundo». Por si esta absurda letanía antisemita no fuera suficiente, Hamás declara, según el método típicamente nazi de atribuir cualquier mal a los judíos, que «no hubo ninguna guerra que estallara en cualquier sitio en la que no estuvieran presentes sus huellas» (artículo 22).

¿Cuánto poder bastará para satisfacer a los judíos? Según Hamás, «los planes sionistas no tienen fin y, después de Palestina, desearán la expansión desde el Nilo hasta el Éufrates. Después de asimilar la zona en la que hayan plantado las manos pensarán en seguir expandiéndose, y así sucesivamente. Su plan puede verse en los Protocolos de los Ancianos de Sión» (artículo 32). Hamás, como los nazis, opina que los judíos forman parte de una conspiración secreta internacional para dominar el mundo.

Ante un enemigo tan diabólico, Hamás está empeñado en hacer que el mundo islámico actúe de la única manera apropiada para este peligro. La negociación, el compromiso, llegar a una forma de convivencia con Israel y los judíos, es impensable (la propia existencia de los judíos en Israel se considera una afrenta contra el islam). Lo concebible es layihad, la destrucción. Tras proclamar que cada centímetro de Palestina, incluido todo Israel, es palestino e islámico, la Carta de Hamás, como corresponde a su imagen diabólica de los judíos, declara que «las iniciativas

las llamadas soluciones pacíficas y las conferencias internacionales para resolver el problema palestino son contrarios a las creencias del Movimiento de Resistencia Islámica». ¿Por qué? Porque «renunciar a cualquier parte de Palestina significa renunciar a parte de la religión; el nacionalismo del Movimiento de Resistencia Islámica forma parte de su fe, el movimiento enseña a sus miembros a adherirse a sus principios e izar la bandera de Alá sobre su patria mientras libran su yihad» (artículo 13).

Así, pues, ¿qué pueden hacer Hamás y todos los musulmanes? Pese a la afirmación meramente formal de Hamás de que su espíritu «humanitario» le permitirá tolerar a judíos y cristianos sólo con la condición, imposible de cumplir, de que vivan bajo el dominio islámico fundamentalista (artículo 31), la lógica genocida del documento fundacional contra los judíos es explícita: «Hamás está deseando poner en práctica la promesa de Alá, cueste el tiempo que cueste. El Profeta, que la paz y las oraciones estén con él, dijo: ‘El momento no llegará hasta que los musulmanes luchen contra los judíos (y los maten); hasta que los judíos se oculten tras rocas y árboles, que gritarán: ¡Musulmán! ¡Aquí hay un judío que se esconde detrás de mí, ven y mátalo! No sucederá en el caso del Gharqad, que es un árbol judío» (artículo 7).

¿Es posible desviarse de este camino genocida? No; según el artículo de la Carta inmediatamente posterior al llamamiento al genocidio, titulado El lema del Movimiento de Resistencia Islámica, está consagrado por Dios: «Alá es su objetivo; el Profeta, su modelo; el Corán, su Constitución; la yihad, su camino, y la muerte por la causa de Alá, su creencia más sublime» (artículo 8).

Ésta no es ninguna lectura selectiva de la Carta de Hamás, como puede verse por el gran número de citas textuales. Sus trastornadas descripciones de los judíos, diabólicas y casi nazis, y sus sueños de aniquilación forman, junto a la insistencia en la devoción servil de los musulmanes a la interpretación fundamentalista que hace Hamás del islam, el núcleo de este documento inflexible, canónico y de inspiración divina que constituye el equivalente a la Declaración de Independencia. Después de toda una vida dedicada a estudiar el nazismo y su carácter radicalmente asesino, siempre me resisto a utilizar el adjetivo «nazi» para calificar a otros movimientos censurables, antisemitas o genocidas. Ahora bien, independientemente de las diferencias, el antisemitismo y la lógica asesina del contenido, la estructura retórica y el sustrato de esta Carta y este partido político son inequívocamente nazis.

Imaginemos si un territorio o un país próximo a Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña o cualquier otro Estado estuviera gobernado por un partido político que, de acuerdo con el espíritu de una Carta como ésta, hubiera aterrorizado y asesinado repetidamente, mediante atentados suicidas, a los ciudadanos de uno de esos países, y que hubiera hecho público un documento regulador en el que se hablara de los estadounidenses, alemanes, franceses o británicos tal como Hamás habla de los judíos, con un llamamiento no sólo a la destrucción de su país, sino al asesinato en masa de su población. ¿Acaso los habitantes de ese país dirían que, en el momento en que ese partido político -debido a las intensas presiones internacionales y económicas- renunciara de boquilla a su propósito de destruir el país vecino, ya sería un socio aceptable para construir la paz? ¿Dirían que un partido político con unas convicciones tan profundamente irracionales, que fomenta un odio tan implacable y utiliza el lenguaje del asesinato en masa, debe recibir un volumen de ayuda internacional que sólo servirá para contribuir a mantenerle en el poder y facilitar sus intenciones asesinas?

No debemos restar importancia a la Carta de Hamás, decir que son sólo palabras que no significan nada en comparación con cualquier concesión retórica que pueda hacer ahora ante las presiones políticas y económicas (hasta el momento, Hamás ha defendido de forma categórica cada palabra de su Carta genocida). Pocas veces en el mundo moderno se ha visto un partido político que contenga en su Constitución ese odio enloquecido y esa voluntad descaradamente asesina respecto a otro pueblo. Todavía menos frecuente ha sido que un partido así se hiciera con el poder. El programa del Partido Nazi en 1920 también tenía un enorme contenido antisemita pero, comparado con la Carta de Hamás, su demonología y sus calificativos son moderados. Los Gobiernos, los partidos y los dirigentes políticos no suelen emplear un lenguaje de aniquilación. Dados los inmensos costes políticos que tiene hablar de esa forma, cuando lo hacen, siempre debemos tomarles la palabra. Los últimos 100 años nos han enseñado que, cada vez que expresan sus sueños asesinos, como Hitler, lo dicen en serio.

Daniel Jonah Goldhagen, profesor en el Centro de Estudios Europeos de Harvard, es autor de Los verdugos voluntarios de Hitler y La Iglesia católica y el Holocausto.Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Indignaciones comparadas

Indignaciones comparadas | El blog de Santiago González | Blogs | elmundo.es //

Menudo cabreo se van a agarrar los esposos Bardem y la suegra de Pe, la gran Ma Bardem, cuando se enteren de que, además de los niños palestinos que matan los misiles con que el Estado de Israel replica a los cohetes de Hamás, los milicianos de Hamás asesinan a palestinos ya adultos de 18 en 18 (foto de la izquierda en el montaje de Arcu), la decapitación del periodista James Foley (en la segunda foto, un verdugo reproduce exactamente la escenografía de la ejecución de Foley con la víctima que clon toda probabilidad le sucederá, Steven Sotlof) y las 858 víctimas de ETA, asunto menor en el País Vasco si lo comparamos con la represión policial del franquismo en los años 60.

La cuestión es tener bien identificado al enemigo. Si en el conflicto no está EEUU o Israel, nuestra izquierda es como si hubiera perdido la brújula moral y no sabe donde queda el norte. Algunos, los más viejos del lugar, recordarán el genocidio de Ruanda. Entre abril de 1994 y julio del mismo año, en exactamente 94 días, los hutus desencadenaron una matanza de tutsis que rondó las 800.000 personas. Los nazis no llegaron a tal productividad del crimen en Auschwitz o Treblinka, aun contando con el concurso de procedimientos industriales (cámaras de gas, hornos crematorios, etc.) Fue a machete limpio.

No hubo una sola manifestación de nuestra izquierda, un comunicado de nuestros actores, nada. La explicación a aquel silencio no fue la ignorancia de los hechos: Yo recuerdo primeras en El Mundo y El País, con el primer plano de un cogote tutsi con marcas de machetazos. Era la ausencia del enemigo idóneo. En aquel conflicto no estaban los americanos. Sí los belgas y los franceses, pero no había color. En el relato que hizo de aquellos hechos el director del Hotel Rwanda, Paul Rusesabagina, en un libro que fue llevado al cine, el protagonista da cuenta de la raíz identitaria de todo aquello: «Un día pasaron los belgas midiéndonos el ancho de la nariz. Así empezó todo».

Los intelectuales Bardem deberían leer ‘Una temporada de machetes’, impecable e implacable crónica de aquellos 94 días de machetes y pantanos, escrita por el periodista Jean Hetzfeld, en los que la barbarie es narrada por los propios asesinos. No son americanos ni judíos, claro, pero Javier y Pé tienen allí una gran alternativa para el próximo parto de la actriz: en lugar de Los Angeles, la segunda ciudad de EEUU y un hospital judío, el Cedrar’s Sinaí, podrían optar por un hospital público de Kigali. O por uno administrado por médicos del Estado Islámico.

Las ratas ciegas de los túneles de Mashaal

El espectáculo horrendo de las acusaciones clavadas en las paredes 
ensangrentadas de Gaza revelan tan solo una fracción del drama en 
torno a la ejecución de unos 20 presuntos informantes israelíes. El 
cargo: «Transferencia de información al enemigo sobre el paradero de 
los combatientes, túneles, lugares con explosivos, casas de 
combatientes yihadistas y  lugares donde se almacenaban misiles… 
firmado: La resistencia palestina.» Mientras que los funcionarios de 
alto rango de Hamas se niegan a admitir sus fallas y continuar «para 
agotar Israel» las cartas de acusación cuentan en su lugar una 
historia de decesos en Gaza.

Los guardias de la prisión de Ketziot han dado cuenta de presos 
palestinos que por haberse  rascado la cabeza mientras un soldado 
israelí pasaba al azar por sus celdas fueron asesinados por sus 
compañeros de prisión acusados por traición.

Jóvenes mujeres árabes que han sido asesinadas por sus hermanos por 
haber deshonrado a su familia, simplemente por ser sospechosas de 
murmurar unas palabras a un hombre que pasaba. En una sociedad plagada 
de conspiración, subsistiendo en un ambiente de desmoralización y 
sospecha, cualquiera puede ser no solo un traidor sino una víctima 
potencial.

Occidente ha tenido muchas oportunidades de entender que Hamas e ISIS 
son uno y el mismo, pero en lugar de verlo han optado por enterrar sus 
cabezas en la arena. La retórica incendiaria del asesinato justifido 
por la ideología religiosa y alentado en el nombre de Alá y su profeta 
son evidentes en cada bandera y verdugo enmascarado.

Los coches cargados de explosivos, los asesinatos en masa, los ataques 
contra lugares de culto, restaurantes, hoteles y otras áreas donde la 
gente se reúne, en la actualidad sinónimo de ISIS, son métodos que 
venimos viendo utilizar a Hamas durante años.

La comunidad internacional entiende que Hamas es una mutación letal de 
la misma ideología islámica de la escuela de los Hermanos Musulmanes, 
como ISIS. La realidad se vuelve palpable  al ver a  yazidis y 
cristianos asesinados en masa en Irak, y cristaliza claramente cuando 
los encapuchados verdugos de Hamas asesinan brutalmente a los 
sospechosos de colaborar con Israel.

Sorprende que hayan sido  estas ejecuciones, que se producen 
prácticamente al mismo tiempo y de modo horriblemente similar a la 
decapitación del periodista estadounidense James Foley, lo que hace 
tomar conciencia sobre la similitud escalofriante en los métodos de 
ambos grupos terroristas y no la campaña de terror de Hamas ha librado 
contra Israel durante años.

La ilusión de un «Islam político», según el cual «el Islam es una 
religión de paz,» se está desmoronando lentamente. Todo el mundo 
entiende que el mensaje religioso llamado «dawa» en árabe  
(deliberadamente evitado por los líderes de la «Hermandad Musulmana)» 
– persigue como fin  destruir a los infieles e imponer el Islam 
globalmente– y sirve como base doctrinal para moldear la trayectoria 
operativa de movimientos terroristas islámicos en todo el mundo.

Hamas por su parte, hace hincapié en que es parte del movimiento de la 
Hermandad Musulmana y la Yihad global, y que tanto  cristianos como 
judíos son los enemigos del Islam y que están librando una cruzada 
contra los infieles imperialistas. De acuerdo con sus estatutos Hamas 
es parte de las «Brigadas islámicas» que facilitaran la creación de un 
Estado islámico eterno y destruirán a cada infiel tal como es 
requerido por la visión del Profeta Muhammad.

Estos mensajes «políticos» son una guía para asesinar a los 
«infieles», entre ellos los judíos, cristianos, yazidis, chiítas y 
otros como ellos. Mientras Hamas se niega a renunciar a sus armas para 
poder destruir al pueblo judío, su principal líder ha prometido que 
«intentará en el futuro advertir» a los israelíes antes de dispararles.

Hamas espera ahora que su odiado rival, el presidente de la Autoridad 
Palestina Mahmoud Abbas será quien les saque de las llamas del caldero 
Israelí que amenaza con engullirle. En este sentido, el «presidente 
traidor» se supone que demandara  a Israel ante la Corte Penal 
Internacional de La Haya y tratara de persuadir al mundo (y a Egipto 
que es también su enemigo) para que se imponga un alto el fuego 
duradero.

Esencialmente tenemos un Hamas que quiere cometer genocidio contra los 
judíos, quiere que el occidente infiel lleve a cabo una cruzada para 
juzgar a los judíos por genocidio en La Haya, y a su manera aunque 
también de modo retorcido, comienza a dar signos de rendición. Como lo 
demuestra lo absurdo de sus comentarios los hombres enmascarados que 
se ocultan en túneles oscuros se están esforzando para ver su propia 
derrota, que debemos continuar ayudándoles a ver.